Cuando se cumplen 80 años de la publicación del Romancero gitano de Federico García Lorca, la obra continúa excediendo los límites de lo literario y provocando reacciones en todos los que se acercan al verso del genial poeta granadino de Fuente Vaqueros, según el experto Antonio Carvajal.

Aunque la repercusión de una obra literaria es difícilmente mensurable, si se toman en cuenta el número de ediciones, quizá el lorquiano Romancero gitano junto con Veinte poemas de amor y una canción desesperada de Neruda sean los dos libros de poesía en español de mayor difusión en toda la historia de nuestra cultura.

Así lo explica en una entrevista el poeta y director de la Cátedra Federico García Lorca, Antonio Carvajal, quien destaca que celebrar su ochenta aniversario supone conmemorar "la vitalidad de una obra que excede los límites de lo literario".

Por una parte, explica este experto, provocó reacciones enfrentadas a la hora de su primera recepción, rechazada por amigos del poeta, como Buñuel y Dalí, o por Jorge Luis Borges, que primero la descalificó como folclórica y luego la imitó y rebasó en ese mismo sentido.

La obra fue recibida con tanto entusiasmo por el público, culto o iletrado, que la primera edición "voló literalmente" y, en la actualidad, sigue provocando las mismas reacciones al estimular la imaginación de pintores y de músicos, sean autores de coplas, cantaores flamencos o compositores.

Según Carvajal, Romancero gitano destaca por la "estilización sorprendente" de la temática, desde los asuntos bíblicos y mitológicos hasta meras reyertas que apenas merecerían ser contadas en un pliego de cordel, usando recursos aprendidos de grandes clásicos como Góngora, Lope de Vega y Cervantes, insuflándoles elementos visionarios del superrealismo.

Para ello, el poeta granadino hace "un uso prodigioso" de la metáfora, nutriéndola de pasiones y, especialmente, de la pena, comenta el también Doctor en Filología Románica por la Universidad de Granada.