El argentino Ernesto Sábato, quien murió el pasado 30 de abril a los 99 años, no era muy querido "en el mundo intelectual" admitió Elvira González Fraga, la mujer que le acompañó desde que el autor enviudó, en 1998.

"Sábato fue amigo de el autor paraguayo Augusto Roa Bastos. También lo trató siempre fenomenalmente el portugués José Saramago... José venía a la casa de Santos Lugares. Era muy querido Ernesto. Pero no en el mundo intelectual", opinó González Fraga en una entrevista publicada ayer en Clarín .

"En parte, por culpa de él. Ernesto revivía en el mundo intelectual su dificultad de chico de provincia que va de pronto al colegio de La Plata, que no conoce los códigos, que siempre es tratado de provinciano. Nunca tuvo fluidez con el mundo intelectual", evaluó su pareja.

Señaló además que el autor de El túnel "creía que su obra estaba bien tratada pero que los alumnos argentinos de Letras habían tenido profesores contrarios a él", aunque "en otros países no era así". "En España, en Francia tratábamos con escritores de modo normal, suelto. Aquí, no han ido escritores a su entierro, no más que dos o tres.