La cuestión no es tropezar o no con la misma piedra, sino cómo salir ileso. Menudo revuelo acaba de armar Coldplay con su nuevo sencillo, Every teardrop is a waterfall . Fue lanzarlo ayer a través de las redes sociales y a los pocos minutos ya circulaban teorías que trataban de explicar cómo era posible que los primeros acordes fueran calcados a Ritmo de la noche , un llenapistas de los 90 de Mystic. Pero hay que echar la vista aún más atrás para entender mejor de qué va todo. En realidad, el supuesto plagio es un sampleado del tema I go to Rio (1976), de Peter Allen, y que también está en el origen de Ritmo de la noche : las dos empiezan igual. Chris Martin y compañía citan a Allen como uno de los coautores de su nueva canción.

Aclarado pues: los 20 primeros segundos del single de los ingleses, esos reconocibles teclados rítmicos y sintéticos que marcan la obertura, son un guiño al cantautor australiano Peter Allen, muerto en 1992. A través de su discográfica, Martin reconoce de manera oficial esta inspiración. Y explica que se le enganchó la melodía al ver las escenas de discoteca del filme Biutiful (2010), de Alejandro González Iñárritu, donde suena la versión de Ritmo de la noche que popularizó el grupo español Lorca en 1990.