A Viggo Mortensen nunca le ha interesado participar en el juego del star system de Hollywood. Su trayectoria como intérprete demuestra su versatilidad, su capacidad para encarnar cada uno de sus papeles desde el rigor y la honestidad, así como su compromiso con el cine de autor. Ahora, el Festival de San Sebastián reconoce su talento otorgándole uno de los Premios Donostia de la próxima edición, en la que además se presentará su primera película como director, Falling, que tras clausurar el pasado Sundance, también ha recibido la etiqueta del Festival de Cannes.

Hijo de padre danés y madre estadounidense descendiente de irlandeses e ingleses, pasó parte de su infancia viajando de un sitio a otro, haciendo parada en países como Argentina, donde su familia se instaló durante un tiempo, razón por la que habla perfectamente castellano, uno de los siete idiomas que domina.

Comenzó tarde en el mundo de la interpretación, después de haber cruzado la veintena. Sus inicios fueron lentos y mientras tanto tuvo que trabajar de camarero a mozo de mudanzas para salir adelante. Tuvo pequeñas apariciones en películas que nos llevan desde Único testigo a La matanza de Texas III, hasta que protagonizó la película de culto La piel que brilla, de Philip Ridley (con el que más tarde rodaría La pasión de Darkly Noon) y comenzó a ser un secundario habitual en películas como Atrapado por su pasado o Marea roja. Junto a Demi Moore protagonizó La teniente O’Neil y apareció en dos remakes de películas de Alfred Hitchcock, Psycho (Psicosis) y Un crimen perfecto.

El héroe Aragorn / Sin embargo, todo cambiaría a partir de su participación en la trilogía de Peter Jackson El señor de los anillos, en la que encarnó al héroe Aragorn. Estuvo a punto de rechazar el papel, pero su hijo era fan de las novelas de Tolkien y finalmente tomó una decisión que lo situaría en una liga diferente, la que otorga el privilegio de controlar tu propia carrera dentro de la industria.

A partir de ese momento apostó por el cine de prestigio y autor, alejándose de las grandes superproducciones y se implicó más en sus proyectos personales, ya fueran dentro del cine o de la poesía y la fotografía (dos de sus pasiones) para las que creó la editorial Perceval Press.

En el 2005 comenzaría su relación profesional con David Cronenberg, con el que ha trabajado en tres ocasiones, en Una historia de violencia, en Promesas del este (por la que fue nominado al Oscar) y en Un método peligroso.

Su primer papel en castellano fue el thriller ambientado en Barcelona Gimlet (1995), de José Luis Acosta, con Ángela Molina. Más tarde participaría en La pistola de mi hermano, de Ray Loriga y protagonizaría Alatriste (2006), basada en las novelas de Pérez Reverte. Desde hace años vive en España, de manera discreta, con su pareja Ariadna Gil.