Anne Fontaine es una de las directoras más respetadas del cine francés. Desde sus inicios se ha interesado por dilapidar las convenciones en filmes como Limpieza en seco y Natalie X. Sus heroínas son fuertes y contestatarias, y luchan por alcanzar la libertad. Hace unos años se acercó a la vida de Coco Chanel y ahora, en Las inocentes, rescata un hecho real ocurrido en Polonia en la segunda guerra mundial, la violación por parte del Ejército ruso de todo un claustro de religiosas y el posterior nacimiento de los niños surgidos de esa atrocidad. Una película que, con extrema delicadeza y una sobriedad muy estilizada, nos sumerge en las estancias cerradas y a media luz de un claustro para enfrentarnos al contraste entre pureza y perversión, así como para asistir a la paradoja del milagro de la vida cuando se ha engendrado entre dolor y muerte.

-Para preparar la película se retiró a un convento. ¿Qué le llevó a tomar esa decisión y qué descubrió allí?

-Me pareció importante conocer la manera de vivir de las religiosas desde dentro. Tuve tiempo de reflexionar y también me ayudó a valorar el punto de vista estético. En general encontré mucho sentimiento de vocación, y me di cuenta de que la vocación artística y la religiosa tampoco están tan separadas entre sí. Creo que debería haber más entendimiento entre el mundo racional y el espiritual, porque solo parecen existir prejuicios. En parte de eso va mi película, de buscar un camino intermedio entre esas dos esferas.

-¿Ha dejado de tener sentido el concepto de fe en la actualidad?

-La fe es muy frágil y puede expresarse de muchas formas. A través del amor, por ejemplo. Yo creo que lo importante no es seguir dogmas. No creer en nada no puede ser bueno.

-La violación sigue siendo un arma de guerra en las contiendas.

-Desgraciadamente sigue siendo un tema de actualidad. Se viola a las mujeres como un gesto de superioridad del vencedor, como venganza, como trofeo. Es terrible que no haya cambiado.

-La suya es una película de mujeres rebeldes. ¿Es la rebeldía un elemento necesario para las mujeres?

-Hay que desobedecer de manera positiva. No hay que convertirse en víctimas de la jerarquía masculina ni consentir que los hombres nos den lecciones de moral. En mi película intento hablar de la libertad de elegir. Tanto la médica, muy transgresora para la época, como las religiosas, en algún momento desobedecen a sus superiores. De esta forma, el conformismo puede dar paso a la sublevación y la resistencia. Y gracias a eso terminan salvando vidas. Eo ess lo que me interesaba plantear.

-Esta película también incluye reflexiones sobre la maternidad.

-Lo interesante era investigar el tema a través de los ojos de una mujer que ha renunciado a su sexualidad. En el convento, las religiosas me comentaron que lo más difícil de los votos era precisamente saber que nunca podrían ser madres. Pero en la película se plantea una disyuntiva: la maternidad puede ser hermosa, pero también un infierno. Hay mujeres que la necesitan y otras no. Y no pasa nada. Gracias a Dios, el estereotipo de mujer-madre está desapareciendo.