Como cada noche de Halloween, 13 magos y expertos en la vida y obra de Harry Houdini se sentaron el martes alrededor de una mesa e invocaron al espíritu del maestro del escapismo y la magia. Como cada año desde 1926, cuando Houdini murió por una peritonitis, no hubo respuesta. Ni siquiera una señal.

No se extrañarán mucho quienes sepan de la desconfianza que el maestro de la ilusión sintió en vida hacía muchos de los que se atribuían poderes sobrenaturales para contactar a los muertos y otros espíritus. Pero tampoco se extrañarán de la reunión anual quienes sepan que, justo para mostrar su desconfianza hacia esos charlatanes, Houdini le dejó a su esposa, Wilhemine Beatrice Rahner, un mensaje secreto que le repetiría desde el más allá para que ella supiera que realmente era él.

Este año, pese a que la reunión acabó como las anteriores y no hubo mensaje de ultratumba, la expectación era bastante mayor. El martes, cuando se cumplía el 80 aniversario de su muerte, llegó a las librerías de EEUU La vida secreta de Houdini , una biografía firmada tras una década de investigación por William Kalush y Larry Sloman. En sus 560 páginas se desvela lo que anuncia el título, secretos, y algunos son bastante jugosos.

Kalush y Sloman aseguran, por ejemplo, que el mago trabajó para los servicios de espionaje de Scotland Yard en Alemania y Rusia y para el servicio secreto de EEUU. Apoyan su afirmación en parte de las 700.000 páginas de documentación que han analizado y, ante todo, en el diario de William Melville, un maestro de espías británico que cita en numerosas ocasiones a Houdini en sus escritos. Según los biógrafos, Melville lo apoyó en su ascenso a cambio de que trabajara para el MI-5.

Rompecorazones

Que Houdini se pluriempleara como espía es lo que más titulares ha provocado de momento, pero no es el único secreto interesante del libro. A diferencia de las primeras biografías sobre el mago, que le retrataban como un marido fiel --y especialmente la primera, que no por nada contó con el beneplácito de su esposa--, Kalush y Sloman desempolvan episodios que le dieron la fama de galán rompecorazones. Una de esas aventuras, la que le relaciona con la escocesa Mary McGregor, es el argumento central de Death defying acts (Actos que desafían a la muerte) , una película que se rueda en el Reino Unido.

La nueva biografía --subtitulada La formación del primer superhéroe de América -- también apunta una nueva teoría sobre la muerte del hombre cuya partida de nacimiento está datada el 24 de marzo de 1874 en Budapest pero que siempre defendió que había nacido el 6 de abril de ese año en Appleton (Wisconsin). Y la palabra clave en la hipótesis de esa muerte es suficiente para un buen thriller: asesinato.

Kalush y Sloman dan una vuelta de tuerca a la peritonitis que acabó con su vida a los 52 años. Hasta ahora, la versión más extendida es que un estudiante, J. Gordon Whitehead, le golpeó repetidamente en el estómago para poner a prueba sus proezas físicas tras una actuación en Montreal el 22 de octubre de 1926, sin darle tiempo para preparar su cuerpo para los golpes. Según algunos, los puñetazos de Whitehead no fueron letales.

Ahora Kalush y Sloman dejan caer que tras la muerte había una trama, y en ella aparece el nombre de Sir Arthur Conan Doyle, uno de los principales ideólogos y defensores del movimiento de espiritismo que con tanto escepticismo miraba el mago. La trama se redondea con otro elemento. Una de las supuestas charlatanas que Houdini desenmascaró en su cruzada contra los falsos espiritistas fue Mina Crandon, conocida como Margery a la que Houdinie dejó en evidencia en Un mago entre los espíritus . El marido de Margery, Leroy Crandon, era un doctor. ¿Su especialidad? El apéndice.