CaCumbres borrascosas, la obra maestra de Emily Brontë, es un libro interminable, cuya influencia sigue viva, como demuestran esos seis hitos del pp.

El Heathcliff de Olivier

Buena parte del mérito de que el protagonista de Cumbres borrascosas no sea considerado un repugnante maltratador lo tiene la romántica película de William Wyler de 1939 que, como en la mayoría de las adaptaciones al cine, solo contempla la primera parte de la obra. Como mandaban las reglas de Hollywood, el entonces bello Laurence Olivier estuvo bastante lejos de encarnar a Heathcliff como un personaje diabólico.

Buñuel y el melodrama

A mitad de los 50, Luis Buñuel, prendado de los aspectos más enfermizos de la novela, realizó una mezcla de melodrama mexicano y apoteosis necrófila en Abismos de pasión, película que traslada la historia de amor (sin prólogo y sin segunda parte) al país azteca y tiene un impactante final con Heathcliff (aquí Alejandro) desenterrando a Catalina en su cripta.

Una canción que da miedo

En el 1978, la cantante británica Kate Bush alcanzó al número uno en las listas de grandes éxitos con la canción Wuthering Heights, compuesta por ella misma tras empacharse de la novela. Sus peculiares agudos ululantes en los que el fantasma de la protagonita de la novela, Catherine, clamaba «¡déjame entrar!» helaron la sangre en las pistas de baile setenteras. Hoy, a sus casi 60 años, Bush acaba de inscribir un poema suyo en un monolito situado en los páramos de York como uno de los actos conmemorativos del bicentenario de Emily Brontë.

Versión de Monty Python

No hubo nada sagrado para el grupo cómico más iconoclasta y, naturalmente, la obra maestra de la literatura decimonónica no se salva. En su imprescindible serie televisiva Monty Python Flying Circus, el sexteto colocaba a Heathcliff (Terry Jones) y a Catherine alejados y encaramados a unos riscos mientras entre ellos se comunicaban en la distancia gracias a banderas de señales marítimas.

La saga ‘Crepúsculo’

Las grandes novelas no tienen la culpa de las (malas) influencias que puedan suscitar. Y está claro que sin Cumbres borrascosas, los best-sellers y las películas para adolescentes de la saga Crepúsculo hoy no existirían. Lo único bueno de esta influencia es que la autora Stephenie Meyer hace una década logró que el clásico se aupara al top de libros más vendidos cuando en Eclipse, Bella, fan de la obra, identifica su amor con el de los castos protagonistas de Emily Brontë.

Antihéroe negro

Emily Brontë describió a Heathcliff como «un gitano andrajoso» con «el pelo negrísimo». La apuesta de la directora Andrea Arnold en la última de las versiones cinematográficas de la obra, en el 2011, va un paso más allá y oscurece la piel del antihéroe. Heathcliff aquí es negro, como para acentuar la distancia étnica y social entre él y la sociedad victoriana que lo rechaza.