El Festival de Teatro Clásico de Mérida vivió ayer el segundo capítulo de su L edición con el estreno de El sueño de una noche de verano , un montaje de danza y teatro a cargo de la Compañía Nacional de Danza de Portugal. La llegada de este clásico de William Shakespeare a la escena de Mérida estuvo acompañada por la música en directo de la Orquesta Filarmonia das Beiras.

En un montaje que destaca por lo original de su planteamiento, se combinan el teatro y la danza, logrando que bailarines y actores interactúen de forma constante. Para el público, la parte de la danza resulta sin duda más atractiva, puesto que a la indudable calidad de los 50 bailarines se suma el hecho de que en la parte teatral los actores hablan en portugués. Esto provoca que a los que no conocen el texto original les resulte complicado seguir el hilo de la obra.

A cambio, el coreógrafo Heinz Spoerli, director del ballet de Zurich, ofrece un montaje que respeta el ritmo trepidante diseñado por Shakespeare y en el que la danza y el teatro acaban totalmente mezclados.

Por lo que se refiere concretamente al montaje, los amantes del teatro emeritense podrán disfrutar de un espectáculo que aprovecha un escenario totalmente desnudo para jugar con las múltiples entradas de la escena. En la parte negativa, al fondo de la entrada principal se ha colocado un diván con uno de los personajes que sólo es visible desde la parte central de las gradas. Hoy será la segunda y última representación de esta obra.