La escritora zaragozana Soledad Puértolas podría convertirse hoy en la quinta mujer académica de la Lengua, si su candidatura, la única que se ha presentado para cubrir la vacante del científico Antonio Colino en la Real Academia Española, consigue los votos necesarios para salir elegida Al no haber ningún otro aspirante al sillón "g", Puértolas tiene muchas posibilidades de ser académica, pero deberá superar el trámite de las votaciones.

Si logra el respaldo requerido, esta narradora y ensayista reforzará la escasa presencia femenina que hay en la Academia, que sólo cuenta con cuatro mujeres: la escritora Ana María Matute, la historiadora Carmen Iglesias, la científica Margarita Salas y la filóloga Inés Fernández Ordóñez. La candidatura de Puértolas (Zaragoza, 1947), cuya trayectoria ha merecido premios como el Planeta, el Anagrama de Ensayo o el de las Letras Aragonesas, fue presentada por los académicos José Antonio Pascual, Luis Mateo Díez y Carmen Iglesias.

Las votaciones tendrán lugar en la sesión plenaria de mañana, jueves. Para resultar elegido en la primera ronda se requieren los dos tercios de los votos, tanto de los asistentes como de los académicos que voten por correo. En la segunda votación, es necesario obtener el respaldo de los dos tercios de los presentes y en la tercera bastaría con lograr el apoyo de la mitad más uno de los asistentes, es decir, mayoría absoluta. El hecho de que en la Real Academia Española haya solo cinco mujeres de un total de 44 académicos llama poderosamente la atención, pero es que formar parte de esta institución centenaria, fundada en 1713, nunca fue fácil.

No obstante, aunque la incorporación de representantes del sexo femenino se siga produciendo con cuentagotas, quedan ya muy lejos los tiempos en que a las mujeres que aspiraban a ingresar en la RAE se les decía, como le sucedió a Gertrudis Gómez de Avellaneda, que no había "plazas para señoras". Esa peculiar relación con las mujeres la cuenta Alonso Zamora Vicente en su "Historia de la Real Academia Española" (1999).

Gómez de Avellaneda protagonizó el primer "intento serio" de ser académica, a mediados del XIX, y aunque era "muy admirada", la sociedad de aquella época "no entendía que una mujer formara parte de estas instituciones". Con la misma excusa -"no hay plazas para señoras"- "despacharon" años después a Emilia Pardo Bazán. En 1972, María Moliner competía por un sillón con Emilio Alarcos, pero perdió las votaciones ante quien representaba la llegada de la lingüística moderna a la Academia. Siete años después Carmen Conde fue elegida sin ningún problema, como luego sucedería con Elena Quiroga en 1984 y, posteriormente, con Matute, Iglesias, Salas e Inés Fernández Ordóñez.

Considerada una de las voces más destacadas de la narrativa española de las últimas décadas, Soledad Puértolas es autora de obras como "Una enfermedad moral"; "Todos mienten"; "Queda la noche", que le valió el Premio Planeta en el 89; "Imagen de Navarra", "Días del arenal", y "La vida oculta", por la que recibió el Premio Anagrama de Ensayo. Consejera del Instituto Cervantes desde hace dos meses, Soledad Puértolas es autora además de "La señora Berg", "La rosa de plata", "Con mi madre", "Historia de un abrigo" y "Cielo nocturno", entre otras obras.