Vamos caminando por la vida con las sombras de nuestra infancia y nuestra propia historia, o lo que creemos que es nuestra propia historia, nos conforma la personalidad, ese conjunto de reacciones, éxitos, fracasos y silencios con los que los demás pueden, a veces, predecir nuestros comportamientos. Pero ¿qué pasa cuando te has ocultado? Cuando una dictadura que aprueba una Ley de Vagos y Maleantes, por ejemplo, decide que tu orientación sexual no es mostrable y te condena al ocultamiento, te somete a juicios, te encarcela. Cuando te colocan un triángulo rosa. Cuando profanan tu casa. Cuando te condenan a muerte. Cuando te abocan a la precaridad, si eres transexual.

Gema Nieto habla de parte de estos temas y también de la memoria. «Clara y la hija mayor de La Rusa no merecen que nadie cierre los ojos o desoiga sus pasos». Lo dijo Sonia Fides en El Asombrario y qué preciosidad. La novela de Nieto se titula Haz memoria y la ha publicado Dos Bigotes.

Dos Bigotes la dirigen Gonzalo Izquierdo y Alberto Rodríguez. Están casados. Algún día vivirán rodeados de gatos. La orientación sexual no es algo privado: privada es la vida sexual, no la orientación. Por eso, porque es algo público, se dedican a rescatar historias protagonizadas por personas que son gays, lesbianas, bisexuales y transexuales, de muchas literaturas del mundo. La rusa, por ejemplo. La Rusa se llama la madre del libro de Gema Nieto. Dmitry Kuzmin, Slava Mogutin, Margarita Meklina, Vasili Chepelev, Sergei Finogin y Vadim Kalinin firmaron los relatos de El armario de acero: «La historia de su vida y muerte puede interpretarse, simplemente, desde un enfoque moralista: ¡Miren lo que hacen las drogas a las personas, y la homosexualidad, las fiestas, el parasitismo y la mala vida! ¡Empezó tonteando con las setas y vendiendo su cuerpo, y acabó en la cárcel entre presos! Pero también se puede entender al revés».

Ya lo dijo Graham Greene: «Si conociésemos la última razón de todo, tendríamos compasión hasta de las estrellas». Hay historias que se pueden escribir de otra manera.

Lo hicieron también Monica Arac de Nyeko y Beatrice Lamwaka, de Uganda; K. Sello Duiker y Richard de Nooy, de Sudáfrica; Annie Holmes, de Zimbabue; Dolar Vasani, de la India, pero que vive en Tanzania. Porque África no es un país, reunieron también sus relatos en Los deseos afines y hablaron de la homofobia. «Algún día escribiré sobre África», dijo Binyavanga Wainaina, y también: «No podemos permitirnos ser dogmáticos con el lenguaje, porque todavía nos estamos construyendo a nosotros mismos, todavía ambiciosos, todavía mirando al futuro».

Los medios tenemos nuestras deudas locales de visibilización, aunque hay más referentes que nunca. Vamos aprendiendo, pero hace falta mucha más diversidad. En 1983, Antonio Giménez-Rico grabó un documental llamado Vestida de azul que se estrenó en San Sebastián y que narraba la historia de varias mujeres transexuales. «Antes de nacer, ya estás muerto», canta el grupo Against Me! (es decir, Laura Jane Grace, compositora, músico, viajera, artista y trans) en ese himno que es la canción True trans soul rebel. Vestida de azul contaba la historia de gente que ya murió: las de Eva, Loren, Tamara, Josette, Nacha y Renée. Valeria Vegas ha escrito también su Vestida de azul, para hablar de cómo los medios y el cine abordaban la transexualidad en una época muy hostil y cómo la democracia no ha sido, para muchos, sinónimo de libertad. Valeria lo ha contado alguna vez: «Todavía hay gente que no se cree que yo pueda tener un trabajo como periodista y una carrera universitaria y eso que me operé en mis años de universidad».

Trato de recomponer mi historia / y aunque hay partes que podrías ver, / la verdad fue escrita en las sombras, / sucede así una y otra vez. Lo canta Nacho Vegas. Recomponer una historia, reencontrarse, es lo que les ha pasado a Lucía y a Tristán. Lucía es Lucía Jiménez y Tristán es Fernando Ramajo, los protagonistas de una road movie que volvió a recuperar a los personajes de La buena vida para ver qué había ocurrido con sus historias. Los dos llevaban una década sin hacer cine, porque el oficio de actor es así: trabajas cuando te llaman, por mucho que el común de los mortales piense que están todos montados en el dólar y dándose la vida padre.

La rodó de forma independiente. Es decir, sin pasar por ninguno de los tres despachos de televisión en los que se decide el cine. Quiso hablar sobre cómo nos relacionamos con el pasado, dónde ponemos las memorias cuando nos crean conflictos o si somos capaces de seguir caminando sin mirar mucho atrás, con más ganas de sobrevivir a lo que fuimos. Ciertas generaciones, como cuenta Gema Nieto, lo tuvieron más difícil.

Haz memoria. Gema Nieto. Viernes, 15 de febrero. 20.00 horas. Librería La Puerta de Tannhäuser (Plasencia).

Nacho Vegas. Violética. Viernes, 15 de febrero. 21.00 horas. Gran Teatro (Cáceres).

Casi 40, de David Trueba, con la presencia del director. Sábado, 16 de febrero. 19.00 horas. y 22.00 horas. Sala Verdugo (Plasencia).