Eduardo Urculo fue un pintor que "aprendió a mirar lo cotidiano de una manera diferente" e hizo del sombrero su sello personal también en grabados y esculturas, que ahora se muestran en una exposición que le recuerda una década después de su muerte. "Hizo del sombrero su símbolo, aunque no pudo cumplir su gran sueño, exponer en Nueva York y comerse la Gran Manzana", recordó Yoann Urculo, hijo del artista, durante la presentación de la exposición que el espacio de las Artes de Madrid dedica a uno de los artistas más reconocidos del Pop Art español.

El homenaje se extiende a más de 300 obras repartidas por los espacios dedicados al arte en los centros de El Corte Inglés de A Coruña, Alicante, Bilbao, Colón, Diagonal, Gran Canaria, Sevilla, y Madrid.