Parece que a Sonya Thomas su madre no la regañaba por comer demasiado, ni tampoco por hacerlo rápido. Todo lo contrario. La norteamericana ganó el domingo en Hong Kong un campeonato en el que se medía la rapidez en engullir, devorando la friolera de 17 bollos en dos minutos. "Aún estoy hambrienta", dijo Sonya después de recoger su premio, un cheque por valor de 2.500 dólares. La joven aspira a extender su reputación mundial en los campeonatos de perritos calientes y hamburguesas.