Isabel II anda muy disgustada. Los negocios de su nuera, Sophie Rhys-Jones, vuelven a ser una fuente de problemas. Los acreedores han denunciado en cuatro juzgados de Inglaterra a la condesa de Wessex, fundadora y actual directora de la empresa RJH Public Relations.

La firma, que acumula unas deudas de 45.000 euros, se halla en proceso de liquidación, sus oficinas, en el barrio londinense de Mayfair, están vacías, han cortado el teléfono y 12 empleados se han quedado sin trabajo. La Hacienda británica y Barclays Bank son dos de las entidades que esperan cobrar algún día. Nunca antes un miembro destacado de la familia real británica había sido llevado ante la justicia por no pagar lo que debe. La historia de RJH Public Relations, que la esposa del príncipe Eduardo creó en 1997, está salpicada de incidentes. Sophie fue acusada de explotar sus conexiones reales para obtener sustanciosos contratos.

El negocio sufrió un golpe mortal cuando en el 2001, un periodista disfrazado de jeque grabó los indiscretos comentarios de la condesa, llamando "deforme" al líder conservador William Hague y "horrorosa" a Cherie, la esposa de Tony Blair. El escándalo fue tal que la reina obligó a la ejecutiva y a su hijo, un productor de TV fracasado, a dejar la actividad comercial.

Desde entonces la pareja, que tiene una hija, recibe 360.000 euros anuales y el alojamiento gratuito en una casa de 54 habitaciones. Aunque sin sueldo, Sophie sigue siendo la presidenta de la firma de relaciones públicas.