Nueva imagen y nueva vida. Si el lunes por la noche sorprendió a la audiencia americana en un programa de la CBS con un ajustado vestido negro y con la rubia melena de siempre, el martes Britney Spears hizo lo propio al presentar, ante un tribunal de Los Angeles, una demanda de divorcio alegando "diferencias irreconciliables" con su marido, el bailarín convertido a cantante de rap Kevin Federline.

En la demanda, la cantante solicita la custodia de sus dos hijos: Sean Preston, de un año, y Jayden James, de dos meses. Y para ello cuenta con la abogada Laura Wasser, que ya ha asesorado a celebridades como Angelina Jolie, y Kiefer Sutherland en mal de amores.

Federline, de 28 años, se encuentra actualmente promocionando su último disco y viajó ayer desde Toronto a Chicago para continuar con su tour. Además de ser el padre de Sean Preston y Jayden James, Federline, de 28 años, tiene otros dos hijos de una relación anterior con la actriz Shar Jackson: una niña de 4 años y un niño de 10. "Supe con certeza que iba a tener uno o dos niños. Nunca pensé que tendría cuatro", dijo recientemente.

Spears y el exbailarín se conocieron en el 2004 en una discoteca de Hollywood. El 18 de septiembre, una semana después de que naciera su segundo hijo, cumplieron dos años de casados. La imagen de la cantante, deteriorada por haber estado embarazada casi dos años, ha sido muy criticada en los últimos meses. Ahora, la lolita que se convirtió en ídolo juvenil con su Baby one more time vuelve a ser la que era: rubia, delgada y soltera.