En el estante de cualquier videoclub es probable poder encontrar unas cuantas cintas que contengan películas parecidas a esta Amanecer de los muertos (Dawn of dead , EE.UU, 2004). Es uno de esos filmes que suelen ir a parar directamente al mercado del vídeo, sin pasar por las salas cinematográficas. Su argumento es el mismo que el del filme del mismo título dirigido por George A. Romero en 1978 y que, a su vez, copiaba el argumento del filme original de Romero realizado en 1968 y titulado La noche de los muertos vivientes .

Pareja a la carencia de originalidad argumental se encuentra la ausencia de rasgos novedosos en la forma. El falso realismo de la fotografía (textura con el grano acentuado en algunas escenas, próximas al telefilme en otras) y la abundancia de tomas cercanas en las que se ven y se intuyen amputaciones, disparos y mucha, mucha sangre son características tópicas de una parte del cine de terror contemporáneo (El proyecto de la bruja de Blair , 28 días después , etc) y del cine gore, respectivamente.

EXTRAÑA MEZCLA Esa extraña mezcla, unida al regusto más rancio de la antigua serie B del cine norteamericano, conforma el núcleo destacado del perfil estilístico de esta pésima película sólo apta para el público muy predispuesto a la sangre, aficionado a los remakes o acérrimos seguidores del cine fantástico en todas sus variantes. No faltan ni la música heavy en los títulos de crédito ni cierto aire autoparódico que contienen en ocasiones las obras pertenecientes a este subgénero.

Lo cierto es que su lugar está mucho más cercano a las estanterías de los videoclubes que a la pantalla grande, sobre todo mientras su estreno en salas signifique que se quede sin estrenar una sola película española que, por deficiente que sea, difícilmente tendrá menos interés.