Soplan aires de gran bazar en las montañas de Park City (Utah), donde ayer arrancó el festival de cine Sundance, que proyecta en los próximos 10 días más de 120 películas, incluyendo como única española Los cronocrímenes , de Nacho Vigalondo.

Aunque hace ya años que el certamen es parada obligatoria para estudios y distribuidoras, este año ve incrementada su condición de gran mercado por la huelga de guionistas y por sus potenciales efectos. Y es que aunque los estudios tienen películas ya acabadas y pueden seguir rodando, al problema de la falta de guiones se puede sumar en julio un paro de actores y directores. La mayor amenaza para las ventas son las sombras del 2007.