Alex Pastor, director del cortometraje La ruta natural , había dicho del festival Sundance que "es mejor estar que no estar". El sábado, feliz tras alzarse con el premio al mejor cortometraje internacional y convertirse en el primer español galardonado nunca en el certamen fundado por Robert Redford hace 22 años, iba más allá: "Es mejor ganar que no ganar. Y no a nivel de ego sino de cara al reconocimiento público, por poder ponerlo en tu currículo".

Pastor tiene razón. El agente que fichó tras pasar por el festival de Telluride, también en EEUU, ya ha programado más reuniones con productoras y estudios, algunos de gran renombre, en la agenda de este barcelonés de 24 años que, con una ópera prima rodada hace dos años como trabajo de fin de carrera en la Escuela Superior de Cinema y Audiovisuales de Cataluña, ha obtenido premios en otros 80 festivales. El año pasado fue finalista en los Goya.

"Espero que este premio me dé trabajo, que sirva para que me hagan un poco más de caso, para que se lean con más atención mis guiones", declaraba a este diario en la fiesta posterior a la gala, donde estaba con su hermano David, también cineasta, con quien tiene escrito los guiones de dos películas.

El viaje de La ruta natural hasta el Sundance no ha estado libre de dificultades. Primero a Pastor se le pasó el plazo de presentación y tuvo que pagar una multa de 30 dólares para intentarlo. En noviembre le llamaron desde Park City para avisarle de que no podían ver el DVD. Arreglado también ese problema, quedaba el reto de ser seleccionado entre los 1.283 cortometrajes enviados desde todo el mundo. Y el de imponerse a los 28 que pasaron esa selección. Superó todas las fases. Y eso que lo veía "bastante improbable".

NO TENIA NADA ESCRITO Su agente le había advertido de que Sundance se suele inclinar por proyectos menos conocidos que no han pasado por otros festivales. "Además, yo estaba convencido de que todos los galardonados sabían de antemano que habían sido premiados, así que pensaba que, como yo no sabía nada, seguro que no había ganado", explicaba. Cuando dijeron su nombre se quedó totalmente en blanco: "No tenía nada preparado para decir".

Lo que hizo fue dar las gracias "al señor Redford" y anunciar que, pese a la diferencia de ocho horas con Barcelona, llamaría y despertaría a su madre y empezó a saborear pronto las mieles del triunfo. Alexander Payne, al que le dio una copia del corto, le preguntó si tenía un correo electrónico de contacto.