No solo de teatro ha vivido Alcántara estos días. Una decena de actividades paralelas han servido de deleite para visitantes y autóctonos, que pudieron disfrutar de comida y artesanía típica, pasacalles y recitales. Pero las que han tenido mejor acogida han sido las representaciones teatrales. La última fue La leyenda del Maestre Yañez de la Barbuda , en la que participaron varias asociaciones y colectivos, dirigidos por el dramaturgo local Lope Santano.

Pese al calor que ha acompañado a esta edición del festival, más de 1.000 personas, según la organización, se congregaron el pasado martes en la plaza de la Corredera para ver cómo más de 200 vecinos revivían las andanzas del Maestre de la Orden de Alcántara.

Las noches dedicadas al fado y al flamenco, de las que han disfrutado alrededor de unas 500 personas, han tenido una gran acogida. También han registrado gran afluencia las visitas nocturnas por la villa, que junto al IV Ruta de las tapas, han sido de las favoritas de los visitantes."La inmediatez y cercanía que siempre ha caracterizado al festival de Alcántara" es lo que ha hecho que estas actividades hayan sido un éxito, explica Kiko Magariño, director del festival.

También la exposición sobre la Presa José María Oriol ha recibido gran número de visitantes, sobre todo de alcantarinos. El éxito, según Magariño, se explica a que "una gran parte de la sociedad alcantarina se está viendo reflejada en ella".