Decía Shakespeare que el teatro es el espejo donde nos miramos. Bajo esa premisa está escrito el nuevo trabajo del director chileno-español Eugenio Amaya. El texto de 'En familia' gira en torno a la idea de si, en el fondo, todos tenemos un precio.

"Observé que los ciudadanos se distanciaban de los políticos acusándoles de ciertos comportamientos que repetían ellos mismos. Esta obra es una reflexión sobre nuestros valores, pero siempre desde el humor, porque esta vez me he atrevido con una comedia. Quiero que el público disfrute riéndose de sí mismo", dice.

"Mi deber como autor es observar de la manera más exacta el comportamiento y convertirlo en materia teatral, pero no juzgo a los personajes, intento sólo percibir y transmitir sus contradicciones de forma divertida", añade el director.

'En familia' pone el foco en un hogar de clase media que echa mano de la picaresca para vender un piso en primera línea de playa. Piratas informáticos, pequeños traficantes e intermediarios de un mafioso ruso conforman una trama en la que cada cual hace la vista gorda en su transgresión mientras culpa al otro y al político de lo mal que va el país. A través de la risa sana y liberadora, se plantea que cuando los escrúpulos morales pasan a un segundo plano, las consecuencias pueden ser inesperadas.

UNA VENTANA Amaya quiere que el espectador sienta que se está asomando a la venta de algún vecino y simplemente observa el comportamiento de un matrimonio que está harto de pagar impuestos porque considera que el Gobierno le roba por todas partes y cuya conclusión es: "En este país todos se han aprovechado, así que ahora me toca a mí". Además, tienen un hijo que se ha tenido que ir a trabajar a Londres y otro que ha vuelto a casa.

La obra lanza reflexiones como "todos tenemos un precio, ¿crees que tú no?" y "cuando la corrupción llama a tu casa, ¿estás seguro de que le cerrarías la puerta", para concluir: "el que esté libre de fraudes, que tire la primera piedra".