Karl Lagerfeld dijo que "las maniquís son actrices de cine mudo". Y, aunque cuando lo dijo no pensaba en Brenda Costa, ella se ha hecho suya la frase. A base de constancia, esta top model brasileña, sorda de nacimiento, ha sido elegida como una de las 25 modelos más sexis del momento. La semana pasada aterrizó en Barcelona para presentar Bella del silencio --Ed. Styria--, un libro en el que describe cómo llegó a lo más alto en el mundo de la moda a pesar de su minusvalía. "Al principio perdí algunas oportunidades por ser sorda, pero ahora ya no", asegura.

Brenda, de 24 años, tiene la piel oscura, los ojos negros y una sonrisa amplia. Lleva bambas, vaqueros y camiseta. Sonríe sin parar. Desborda energía. "Su mayor problema no es comunicar, porque comunica muchísimo, sino que la entiendan", dijo Gael Marie, representante de modelos de la agencia Elite en Barcelona, que ejerció de traductor.

MOTOR DE SU VIDA Estridentes sonidos guturales surgen constantemente de la boca perfecta de Costa. Habla portugués, pero lee los labios en esa lengua, inglés y francés. Mediante palabras, gestos o escribiendo en un papel explicó cómo esta profesión se ha convertido en el motor de su vida, cómo al principio perdió oportunidades porque varias compañeras no la avisaban cuando la llamaban en los castings o cómo en una agencia la rechazaron. "Tiene potencial, pero es sorda", dijeron a su madre.

Ese potencial, escondido en un cuerpo 90-60-90 de 1,78 metros de altura, vio la luz en la playa de Copacabana, cuando un representante de Elite la descubrió y le propuso hacerse unas primeras fotos. Entonces llegaron sus primeros trabajos. Luego Nueva York, París y Río de Janeiro. Más tarde conoció a Gisele Bündchen, a la que admira, fue portada de Elle y protagonizó numerosas campañas internacionales. Y después de todo eso, sufrió las consecuencias de ser una estrella de las pasarelas: aparecer en la prensa rosa relacionada con un futbolista, Ronaldo. "De eso no hay nada que hablar", dijo Marie al oír el nombre del jugador. "Solo somos amigos", añadió Costa, más diplomática.

"Nací con dificultades. Para mí no es ninguna pérdida ser como soy sino que he aprendido a desarrollar mi personalidad alrededor de mi sordera", dijo Brenda. Por eso, mientras sus compañeras caminan por la pasarela guiadas por la música, ella se sirve de las vibraciones para saber a qué ritmo tiene que desfilar.

Costa está convencida de que la fortuna ha jugado un papel importante en su vida: "Siempre he pensado que hay una buena estrella encima de mí".