La tragedia Tito Andrónico, un texto de Shakespeare dirigido por Andrés Lima, muestra desde mañana y hasta el próximo domingo, a partir de las 23.00 horas en el Teatro Romano de Mérida, una historia sobre la violencia como la "herramienta que utiliza el poder para ejercer la venganza".

El director de la obra, Andrés Lima, destaca que "es una tragedia sobre las relaciones humanas a través de la venganza" y "al fin y al cabo trata del ojo por ojo". Además, subraya que la muerte "tiene una presencia continua en esta función" y añade que es una obra "muy destructiva, como el ser humano en sí lo es". "Todos estos elementos catastróficos" están en la obra y "deben ser un revulsivo para los espectadores". Es decir, Shakespeare "quiere mostrar un mundo regido por la violencia, por la continua crueldad que es propia del ser humano" y conseguir que haya "un momento de reflexión", para que el espectador reconozca que "esa violencia es cada uno en su casa" y la "relación con su hermano". "De ahí parte la obra", informa el director, quien aclara que es una tragedia familiar, situada en Roma que cuenta con "algo de putrefacto" ya que "la tragedia está en que se maten entre familiares".

Por tanto, Lima destaca que la representación es una propuesta "descarnada y cruel pero rebosante de belleza".

Por otro lado, el director matiza que la obra "no es gore" aunque en el trascurso de la misma "se cortan manos, pies, orejas, de todo" y "se mata a todo el mundo, se viola, se saquea", lo cual la cual se presentará a cargo de la compañía Animalario. En este sentido, Lima detalla que el verso de Shakespeare "es apabullante" y las imágenes que propone "son maravillosas", por lo que la compañía ha intentado "ir a la esencia". Durante la representación habrá dos músicos en directo y contará con una base electrónica "importante".

A su vez, el director del Festival de Mérida, Francisco Suárez, menciona ciertas críticas que tildan a Animalario de compañía "provocativa" y resalta que "se equivocan porque la verdadera provocación está en la mediocridad" y esta agrupación "provoca emociones artísticas de primer nivel".

Asimismo, indica que se trata de un grupo de "rebeldes con causa en su planteamiento artístico porque su arte es un acto de compromiso cultural y social", el cual, en "estos momentos blandos y apelmazados" es "políticamente necesario".

Por otro lado, el actor que encarna a Tito en la obra, Alberto San Juan, explica que su personaje ejerce como "instrumento de la violencia del sistema", y esa violencia que ha practicado "finalmente acaba devorándole a él". Se trata de "un tipo que se ha dedicado siempre a despedazar personas en nombre de la patria, del sistema y del bien", pero cuando se da cuenta de que "el bien y el mal no existen" y que "nada de aquello en lo que creía y que había justificado su vida de masacre" existe, "revienta".

Por su parte, el actor Javier Gutiérrez, que encarga al Emperador Saturnino, detalla que su personaje es, "como cualquier político hoy en día, un tipo aferrado a la poltrona" cuyo "motor es la ambición" y el poder.

La actriz Nathalie Poza, que interpreta a Tamora, reina de los godos, es "un ejemplo de que la venganza no lleva a nada". Por último, el actor Tomás Pozzi explica que su personaje, Niño Lucio, es el "futuro"; un "testigo" que está presente "absorbiendo la violencia", por lo que, a partir de él "todo puede seguir igual" o cambiar.