"Espero ser la primera de muchas otras". Con estas palabras, Kathryn Bigelow escribió su nombre en los libros de historia del cine al convertirse el domingo por la noche (madrugada en España) en la primera mujer en lograr que la Academia de Hollywood se rindiera a sus pies y coronara con el Oscar una intensa trayectoria detrás de las cámaras. Antes lo habían intentado otras tres directoras: Lina Wertmüller a finales de los 70; Jane Campion, a principios de los 90; y Sofia Coppola hace siete años. Pero han tenido que pasar 82 años para que se haga justicia.

Fue, sin duda, uno de los pocos momentos mágicos, quizá el único, que se vivió en una larga y aburrida gala de los Oscar en la que En tierra hostil se llevó seis de los nueve galardones para los que estaba nominada, incluido el premio gordo de la noche, imponiéndose a la otra de las películas que sonaban con fuerza para brillar en el Teatro Kodak de Los Angeles. Avatar y James Cameron, exmarido de Bigelow y su gran rival en la lucha por las estatuillas, tuvieron que conformarse con tres reconocimientos en los apartados técnicos. Bien recibida por la crítica, esta cinta sobre los artificieros desplegados por EEUU en Irak no había terminado de convencer a los espectadores y solo llevaba recaudados unos 16 millones de euros en todo el mundo.

"Ha llegado el momento", dijo Barbra Streisand, encargada de entregar la estatuilla al mejor director. Y qué mejor manera de hacerlo que en el Día Internacional de la Mujer. Cuando Streisand pronunció su nombre como ganadora, todas las miradas se dirigieron hacia Bigelow, que antes de subirse al escenario para recoger su Oscar tuvo tiempo para fundirse en un cariñoso abrazo con James Cameron.

En el turno de agradecimientos, Bigelow no se olvidó de Mark Boal por "arriesgar su vida" para escribir un guión "tan valiente", ni de sus actores y colaboradores. También mencionó a Nick Chartier, protagonista de una de las polémicas de esta edición de los Oscar que la Academia zanjó al negarle el acceso al teatro por unos e-mails en los que pedía el voto para su película.

Ya fuera del escenario, Bigelow se mostró entusiasmada cuando le preguntaron qué sentía al ser la primera mujer en llevarse el Oscar. Confió en ser "la primera de muchas otras", aunque intentó quitar hierro al asunto diciendo que piensa en sí misma como "alguien que hace cine". Los periodistas quisieron arrancarle algún comentario sobre su duelo con Cameron. Ella reiteró que es un cineasta "extraordinario" e "inspirador".

Sandra Bullock, la novia de América que conquistó al público pero a quien se le resistía el apoyo de la crítica, vio por fin cumplido su sueño de llevarse un premio de la Academia por The blind side , 24 horas después de ser elegida peor actriz del año por Alocada obsesión . El otro gran vencedor de la noche fue Jeff Bridges, nominado en cinco ocasiones y que logró un justo reconocimiento por su magistral actuación en Corazón rebelde .

´EL SECRETO DE SUS OJOS´ La otra gran sorpresa fue en la película de habla no inglesa. La cinta blanca , de Michael Haneke, encabezaba las apuestas. Pero Pedro Almodóvar y Quentin Tarantino dieron a El secreto de sus ojos el premio. Al final las celebraciones quedaron en Buenos Aires y Juan José Campanella recogió emocionado su primer Oscar. La coproducción hispano-argentina fue la única alegría para España, pues el corto La dama y la muerte , del granadino Javier Recio, se quedó sin estatuilla.