Juanma Bajo Ulloa sería un estupendo tertuliano radiofónico. Locuaz, con opiniones, desafecto al formalismo y al juicio convencional. Siempre vale la pena ponerle un micrófono delante. Es un personaje de estética y discurso más próximos al rock and roll que al cine. "De hecho, de joven siempre me vi dedicado a la música".

Pero mal que le pese, y a veces parece que le pese, el reconocimiento le ha llegado a través de las películas (Alas de mariposa , La madre muerta y Airbag ). Ayer presentó la última --o la primera en muchos años, casi ocho--, titulada Frágil , un cuento de hadas con trasfondo de farsa que se estrena el viernes. Protagonizan el relato una ingenua chica de campo y un arrogante actor a punto de dar el salto a Hollywood.

PROYECCION DE SI MISMO Cine dentro del cine, un género argumental que en manos de Bajo Ulloa, autor también del guión, se antoja como un desquite contra la industria, la gente que la puebla y todo lo que propone. Cuesta eludir la noción de que el torturado protagonista del filme representa, en realidad, cierta proyección de sí mismo.

"El cine, como icono del siglo XX, ha dictado las referencias de belleza, éxito y felicidad. Nos empuja a perseguir un perfil que no tenemos, a costa de hacer dieta, vestirnos de ciertas formas y meternos incluso en el quirófano". Dicho lo cual, y aquí retornó al eje de Frágil , "hacemos cosas distintas con el fin de ser admirados y amados".

Los ocho años sin claqueta fueron explicados por el cineasta con detalle cronológico y psicoanalítico. "Estuve dos años haciendo teatro, publicidad y videoclips; luego, un año y medio preparando una película sobre el capitán Trueno que no se hizo (renunció por desavenencias con los productores); hay que sumar tres años que llevo con Frágil y, también, medio año que pasé mirando al techo". Con la retina en lo alto, aprendió cosas de sí mismo. "El cine es sinónimo de felicidad, y eso es mentira. He pensado que el cine no me hace tan feliz como creía"

Para esta película se ha rodeado de actores noveles. Julio Perillán, de 31 años, con pequeñas apariciones en Cuéntame y Los 80 , además de un casting para Frágil , de donde salió como protagonista; y Muriel, de 30 años, que por primera vez en su carrera se presentó a un casting de cine; el de Frágil . Para ella fue el personaje principal.

Ni uno ni otro sabían quién era el director de la película. Nadie en el reparto lo sabía. "No dijimos hasta el final que yo era el director. Quería un reparto fresco, nuevo, y que los actores lo aceptaran por el guión, no por mi nombre. Todo en función de la película independiente e idealista que quería hacer", contó Juanma Bajo Ulloa.