La madrileña Russian Red, una de las sensaciones del pop independiente nacional, asiste como una espectadora más al concierto que la banda Sidonie ofrece en la madrugada de ayer en Alburquerque. Contempopránea 2009 está entrando en su recta final con un fenomenal ambiente en el escenario del paseo de las Laderas. Es complicado moverse por la arena. El público disfruta de lo lindo y levanta los brazos con cada subidón en el repertorio del grupo catalán. Lourdes Hernández, que así se llama Russian Red sin la guitarra, no pierde detalle. Ella también ha sido unas horas antes otra de las estrellas del festival con una actuación en la que ha vuelto a demostrar que su voz llena los escenarios allá por dónde va. Eso sí, a esta jovencita con minifalda vaquera le sobra timidez en su intento por pasar desapercibida entre el público.

Contempopránea está dando carpetazo a una de sus ediciones más exitosas en respuesta de espectadores y cartel. De nuevo, el festival de la escena indie se ha convertido en el mejor escaparate nacional del pop. Love of Lesbian, también llegados de Cataluña, han tenido que esperar hasta las cinco de la madrugada para tocar. Una legión de seguidores que llena la arena aguarda con avidez el inicio de la última entrega de Contempopránea. Da igual. Ha sido una de las bandas más esperadas del cartel.

La traca final

Antes de esa hora ya han pisado el escenario The Wedding Present, We are Standard y Lacrosse, también protagonistas en la recta final del festival. Durante toda la noche, los accesos al paseo de las Laderas se han convertido en otro escenario, esta vez para un multitudinario botellón con el que los establecimientos de la zona han hecho caja a cuenta de Contempopránea. Está claro que el impacto económico se deja notar cada año en esta localidad pacense, destino popero por excelencia cada verano.

Por las traseras del escenario se pasea Agustín Fuentes, director del festival. Se le ve satisfecho. La apuesta musical de este año ha dado resultado. Lori Meyers y Vetusta Morla lograron el viernes poner patas arriba la noche y Sidonie y Russian Red también lo han conseguido en la última madrugada. Las cifras lo dicen todo: cerca de 4.000 espectadores han acudido cada noche a los conciertos. Lo peor, sin duda alguna, y algo que debe cuidar la organización con vistas a las próximas ediciones: instalar más taquillas para evitar colas y corregir la deficiente limpieza en los baños del recinto.

Pero, por encima de ello, la organización puede estar satisfecha: ha hecho posible otra vez el milagro de que Extremadura tenga un festival de referencia en el panorama musical español, que cierra telediarios y atrae a espectadores de otros puntos del país.

Fuentes cita este detalle mientras comparte sus impresiones con un grupo de periodistas y lanza una idea: celebrar una edición especial de Contempopránea en Cáceres que sirva como apoyo a la candidatura extremeña a la capitalidad cultural europea del 2016. A la propuesta no le falta ambición: incorporar a un grupo internacional de primera fila del pop independiente y mantener la apuesta por los nacionales, esencia del certamen desde sus inicios hace 14 años. Y es que a Fuentes no le importaría trasladar excepcionalmente el festival a la capital cacereña, como reconoce entre bambalinas, recordando que Contempopránea ya se ha incorporado a la nómina de certámenes que respaldan el proyecto europeo.

Fuera, el público no ha parado de bailar. Con los tenderetes de ropa ya recogiendo, suena Love of Lesbian. Contempopránea está terminando una de sus ediciones más redondas de los últimos años. Empieza a amanecer y el castillo de Luna ilumina el escenario, ese que le ha impresionado a Russian Red. Ya no lo olvidará nunca.