Primero pasó en EEUU. Ahora, en España. A los sectores ultracatólicos no les gusta nada la película La brújula dorada (estrenada el pasado miércoles) y han comenzado a través de internet una campaña para boicotear un filme que, a su juicio, tiene un mensaje "anticatólico". Una carta difundida a través del correo electrónico en círculos ultracatólicos concluye con la siguiente petición: "Avisad a tanta gente como sea posible y evitad que la película pueda ser vista por familias confiadas en ver algo bueno para sus hijos".

La brújula dorada está basada en la novela escrita por el británico Philip Pullman. El libro --que pertenece al género fantástico-- sí que hace mención a una jerarquía eclesiástica corrupta y manipuladora. Sin embargo, el filme rebaja el tono crítico. En ningún momento hay referencias explícitas a la Iglesia. Aparece, eso sí, el Magisterio, una institución pérfida que dicta a la gente lo que hay que pensar y que califica de "hereje" a la persona que se sale del pensamiento único. ¿Eso es la Iglesia? ¿O podría ser cualquier forma de totalitarismo, por ejemplo, un gobierno dictatorial?

La protagonista del filme, la pequeña Lyra (Dakota Blue Richards), emprende un viaje hacia el norte para rescatar a su mejor amigo, que ha sido secuestrado por los malos, entre los que está la perversa señora Coulter (Nicole Kidman). Lejos de nombrar a la Iglesia, la película es un simple filme de aventuras y puede ser el taquillazo de la Navidad.

Las asociaciones ultracatólicas dicen que Pullman, autor en cuyo libro se basa, pretende "conducir a los niños hacia el ateísmo". Así se asegura en la web de Hazte Oír, una organización que se dio a conocer en España tras declararse enemiga acérrima de las bodas entre homosexuales. Pese a la polémica, el departamento de comunicación del Opus Dei dijo ayer que la institución no ha dado ninguna consigna sobre La brújula dorada .