La última obra de Shakespeare, La tempestad , una especie de testamento teatral donde convergen muchas de las tramas, personajes y situaciones desarrollados anteriormente por el dramaturgo inglés, llegará hoy al XVI Festival de Teatro Clásico de Cáceres. "Se trata de una de las propuestas más interesantes del panorama dramático español, con una magnífica interpretación", explicó ayer el director del Gran Teatro, Isidro Timón, durante la presentación de la obra, a cargo de la compañía Ur Teatro.

Once actores y varios profesionales "que representan una suma de grandes miradas a los clásicos", según Timón, pondrán en escena La tempestad hoy y mañana en la plaza de las Veletas. Shakespeare recrea la historia del Duque de Milán desterrado en una isla habitada por espíritus. Sus deseos de venganza política y personal, sus ansias y ambiciones, acentuadas aún más en la soledad del protagonista, ridiculizan las pasiones humanas. "Hay varias tramas teatrales en distintos registros. Personajes de diversa condición comparten estos mismos deseos de poder y contribuyen a rebajarlos", indicó Ramón Barea, actor, que ayer analizó la obra junto a su compañero Mikel Losada.

La dirección corre a cargo de Helena Pimenta, especialista teatral en Shakespeare que ha recibido hasta el momento más de 20 premios nacionales e internacionales, y el reconocimiento de público y crítica. "No le ata el respeto a los clásicos, por ello consigue una adaptación novedosa. Entra en la médula teatral, en los personajes, y consigue acercarlos al espectador", explicó Barea. La escenografía es minimalista, sintética, con la desnudez que Shakespeare propone para la isla. "Helena juega con la magia del texto y los espacios, no hay más efectos", señaló.

Pero además, el escenario paralelo del festival, situado en San Jorge, acoge hoy el segundo pase de La viuda valenciana , que anoche rozó el lleno. También ayer tuvo lugar la única representación de Don Quixote , una comedia gestual a cargo de la compañía portuguesa Chapito, que registró media entrada.