El pintor extremeño Juan Barjola (1919-2004), retraído, curioso e inconformista pero a la vez prudente en palabras de quienes le conocieron y de los estudiosos de su obra, dejó varias tauromaquias en series de dibujos, grabados y litografías que nada tiene que ver con la exaltación de la fiesta nacional.

Sus tauromaquias "no son sino el reflejo de la lucha por la vida, una demostración de la violencia y, en último término, una metáfora del ruedo humano", explicó ayer a los periodistas Luis Rubio, catedrático de la Universidad Complutense, amigo de Barjola y comisario de la exposición inaugurada esta tarde en Valladolid.

Con el lema de Dibujos y obra gráfica , la retrospectiva dedicada al pintor de Torre de Miguel Sesmero (Badajoz) ha sido promovida por la Junta de Castilla y León y podrá contemplarse en el Real Monasterio de Nuestra Señora de Prado, en esa capital, hasta el próximo 3 de mayo.

Todo el universo barjoliano en forma de corridas anárquicas, maternidades dolientes y prostíbulos puede apreciarse en estas 106 láminas cedidas para la ocasión por el coleccionista particular Rafael Gil. Ocupan un lugar relevante las series dedicadas a la lidia, de gran expresividad.