Cuando contemplo tus mensajes vivos/ pienso en la viva ausencia de tus manos;/ manos de un dios, aunque de barro sean/ y un día se conviertan en un poco de barro.". Son versos del poeta Manuel Pacheco (Olivenza, 1920- Badajoz, 1998), con los que abre el catálogo de la exposición 'Vaquero Poblador. 1957-2001', que se inauguró ayer, a las 20.00 horas, en el Museo de la Ciudad 'Luis de Morales'. Asistieron su viuda, Visitación Asensio, y su hija, Elvira Vaquero, además del presidente y el director general de la Fundación, Emilio Vázquez y Emilio Jiménez, respectivamente, entre otros invitados.

Los versos se justifican por que Pacheco y Vaquero fueron más que amigos (ver foto en la que el pintor realiza un retrato del poeta, en 1957) y colaboraron en la edición de libros de poesía del primero con dibujos del artista. En el catálogo repasa la figura y la obra del pintor la directora del Muba, María Teresa Rodríguez, y muestra las obras que se cuelgan en el museo, realizadas entre 1957 y 2001 --Vaquero murió en 2004--.

La exposición muestra 26 cuadros, de los que la mayor parte fueron adquisiciones o encargos de una prima hermana del artista, "que era como su madre", explica Visitación Asensio, pues "le compraba un cuadro de cada exposición o le encargaba obras como la primera, que fue la reproducción de un sello en gran formato". Al fallecer Angelina Solís dejó sus cuadros a la hija del pintor. Estos, con otros que guarda Asensio componen la muestra, un paseo por los diferentes estilos, técnicas, tratamientos y temática de Vaquero, todas ellas con su impronta inconfundible.

Desde paisajes naturales y urbanos con luces únicas, a viejos en las tabernas, trabajadores del campo, figuras humanas, o nocturnos se pueden apreciar en la exposición. Es la primera que se le dedica a Vaquero Poblador desde el homenaje que organizó el Muba en el 2007, comisariado por María Teresa Rodríguez. Entonces se expusieron más de un centenar de cuadros de los fondos del Muba, de la familia y de coleccionistas de diferentes lugares. La diputación puso su nombre a la sala de exposiciones del palacio provincial.

Vaquero, tímido, vivió una juventud bohemia hasta que se casó con Visitación y tuvieron una hija, Elvira. Mantuvo una actitud crítica contra la dictadura, fue uno de los contertulios de 'Los sabáticos', en la casa de Esperanza Segura, y cultivó la música --incluso se ganó la vida durante un tiempo tocando la guitarra fuera de España--, pero fue sobre todo pintor. Produjo una obra novedosa, que junto con Pedraja y Boraita, aportan nuevos aires a la pintura en el Badajoz de esos tiempos, como resaltan los expertos.