No hay lector de género negro que no conozca a Andrea Camilleri, y pocos hay que no amen a Salvo Montalbano. Esa es una realidad difícilmente rebatible. Sin embargo, el autor siciliano ha publicado también un buen puñado de obras fuera de esta conocida serie. Entre ellas, la magnífica Km 123 (Destino, 2020), publicada en Italia tan solo cuatro meses tras su muerte y que ahora llega a España unos cuantos meses después.

Es inevitable buscar -y hasta encontrar- rasgos del dottore, pero la fuerza de estas novelas independientes reside en que era habitual que el escritor italiano arriesgase más con ellas. En una trama muy breve construida a ritmo de diálogo, encontramos una ingeniosa historia de celos, venganzas y muchas, muchas mentiras.

Ester no consigue que su amante Giulio le conteste al móvil. Le escribe varios mensajes que Giulio no llega a ver ya que le sucede algo muy impactante. Acaba de tener un accidente de coche y su diagnóstico es favorable pero de gravedad. La que sí ha leído los mensajes es la mujer del herido, y no le gusta nada lo que ha descubierto en el teléfono de su marido. Menos aún cuando comprende que su marido no solo se ve con otra, sino con otras dos más con todo lo que ello conlleva para la situación que está viviendo.

Con una estructura que podría funcionar como una obra de teatro, Camilleri alterna diálogos de una minuciosidad abrumadora con noticias de prensa, mensajes de texto e informes policiales. De este modo, proporciona al lector una imagen de conjunto. Si un capítulo es narrado desde la subjetividad de los protagonistas, acto seguido es contrapuesto con otro que, por el contrario, presenta el discurso oficial de la policía o de los medios de comunicación. ¿O tal vez estos canales tampoco son tan objetivos después de todo? Sea como fuere, conseguirá mantener la intriga viva hasta la última línea. Y de qué manera.

KM. 123

Andrea Camilleri

Destino

160 páginas