Como buena intriga, en Trampa mortal nada es lo que parece. No es frecuente que un género tan característicamente cinematográfico suba a las tablas de un teatro, pero en el caso de esta obra de Ira Levin nos encontramos con una de las piezas más representadas de la historia del género. No en vano, a su autor se le deben títulos como La semilla del diablo , que Roman Polanski transformó en una de las películas clave del terror de los sesenta.

Después de las dos funciones que se ofrecieron en Badajoz y Cáceres hace unos meses, el montaje dirigido por Angel Fernández Montesinos se representa hoy en el teatro Alkázar de Plasencia. Su singularidad radica precisamente en la pareja del director y el actor Francisco Valladares.

Esta es la tercera ocasión que ambos ponen en escena Trampa mortal . La primera en los años ochenta y entonces interpretó el papel que en la función de hoy corre a cargo de Rafael Esteban.

A finales de los 90 retomó la obra, pero ya asumiendo el papel protagonista de un escritor en crisis. El regreso se resolvió en una tragedia inesperada porque el actor que le daba la réplica (Arsenio León, de 29 años) murió.

"Aquello me dejó traumatizado", declaró Valladares a este diario con motivo de las funciones de Badajoz y Cáceres.

La tecera ocasión se presentó a principios de este año. Fue una casualidad porque el actor iba a interpretar otro montaje que no acababa de convencerle. El tiempo apremiaba y el actor no se decidía. Hasta que miró hacia atrás y cayó en Trampa mortal . "Prefería hacer una buena reposición, con medios, con buenos actores". Así que aun teniendo presente el recuerdo de aquella tragedia, siguió adelante. "Naturalmente --señaló Valladares-- no he olvidado aquello, pero mis compañeros me han ayudado a superarlo". El actor encarna a un novelista varado en su creación que ve la posibilidad del éxito en el manuscrito de uno de sus antiguos alumnos. Pero primero tiene que arrebatárselo.