"Todo lo que hacemos nosotros nace del chiste", asegura Javier Calvo, el creador (junto a su pareja profesional y sentimental Javier Ambrossi) de 'Paquita Salas', la serie de Netflix que retrata de una manera fresca y desenfadada el 'show business' español, con sus éxitos y, sobre todo, sus fracasos. Y sí, puede que esta representante en horas bajas poco resuelta con las nuevas tecnologías naciera como una broma al proponerle a su amigo Brays Efe que se disfrazara de mujer usando la ropa de su abuela, pero en esta comedia hay también muchas verdades.

Muchas de ellas están sacadas de la propia experiencia profesional de 'los Javis', que ya para bautizar a la protagonista escogieron el diminutivo del primer nombre de Calvo (se llama Francisco Javier) y el apellido de su yaya, Salas. El mal trago de quedarse en blanco en el rodaje de 'El secreto de Puente Viejo' que le pasa a Lidia San José en la primera temporada lo sufrió en sus carnes Ambrossi cuando grababa 'Imperium' para Antena 3, y también dejó a su primer agente por correo electrónico, como hizo su hermana, Macarena García, con Paquita en el inicio de la serie. "Y estoy seguro que a él no le llegó al 'spam', como en la serie, porque me llamó al instante", bromea.

En esta tercera temporada, la protagonista trabaja desde casa en pijama, algo que solían hacer 'los Javis' antes de montar su productora, mientras que el personaje de Belén de Lucas, a la que da vida Anna Castillo, está inspirado tanto en Belén Cuesta (Magüi) como en Ambrossi, cuando coincidieron detrás de la barra del mismo bar de la serie, Válgame Dios. Calvo, en cambio, sabe lo que es ser rechazado para un papel por tener demasiada pluma, como le ocurre a uno de los clientes de Paquita.

DE ANNA ALLEN A SCARLET JOHANSSON

Otras verdades que aparecen en 'Paquita Salas' son algunas polémicas acontecidas en los últimos años en el mundo de la farándula de las que 'los Javis' han echado mano dándoles su característico toque de humor, pero invitando a la reflexión. Como cuando el personaje que encarna Verónica Echegui es presionada por su productora para pedir perdón por "cagarse en España", inspirado en la actriz vasca Miren Gaztañaga y el controvertido 'sketch' en ETB en el que llamaba "paletos" a los españoles, y el caso de la intérprete Anna Allen, que maquilló su carrera con montajes de Photoshop para hacer ver que estaba triunfando en EEUU, un recurso que le salió igual de mal a Paquita con una de sus representadas.

La tormenta tuitera que se desata en los nuevos episodios con la elección de Lidia San José para un personaje de transexual es algo que han experimentado desde Paco León a Scarlett Johansson. Y la ira de los 'haters' que sufre Paquita está basado en la propia decisión de Ambrossi de dejar Twitter por ser una red social en la que "se falta el respeto a los demás".

"Yo creo que la serie es bastante realista y sí que retratamos bastante bien las cosas que pasan en el mundo de los actores, una profesión tan complicada y tan desagradecida en muchas ocasiones", reconoce Javier Calvo. "Y que genera tantos dilemas porque juegas con tu autoestima y no es un trabajo seguro", añade Ambrossi. Para el Fer de 'Física o Química', los 'cameos' de personajes conocidos haciendo de sí mismos "ayudan al realismo", pero también las referencias constantes a nuestra cultura popular y al famoseo.

Que si en la serie Macarena García tiene "un novio rockerillo", que qué divertido sería ver a Belén de Lucas (Anna Castillo) haciendo de policía bajita en la tele (teniendo en cuenta que la actriz es una de las protagonistas de 'Estoy vivo'), que si Paquita responde al teléfono diciendo "Otoño en Tele 5", que si la protagonista se encuentra con Natalia de Molina y le manda besitos a su mamá y a su hermana (ya que mucha gente la relacionaba con Ángela y Olivia Molina)... 'Los Javis' saben reírse de la industria que más conocen y, a la vez, hacer autocrítica de un mundo "en el que no todo es brilli brilli", como bien recuerda Belén Cuesta.