La actriz descubierta por el director Bigas Luna para protagonizar Yo soy la Juani (donde recreó la vida de una joven que quería ser actriz a toda costa) destaca en esta edición del festival de cine de San Sebastián con El patio de mi cárcel y La casa de mi padre

--Su primera vez en San Sebastián y nada menos que con destacadas actuaciones en dos óperas primas: El patio de mi cárcel , con la que Belén Macías concursa en la sección oficial, y La casa de mi padre , que mañana abre el Día del Cine Vasco.

--Lo vivo con emoción. Son personajes con muchos matices. Trabajar en óperas primas es arriesgado, pero muy bonito. Es mágico. Formas parte del nacimiento de algo. Jamás un director se entrega tanto como en su primera película. Están más abiertos a propuestas. Receptivos y blanditos.

--Para entender a esa presa enganchada a la heroína convivió con una asociación de voluntarios que reparten jeringuillas precintadas a los drogadictos de Las Barranquillas para protegerlos del sida.

--Nos ayudaron un montón, a mí y a Violeta Pérez, la otra actriz que interpreta a una heroinómana. Tanto, que estoy implicada en su proyecto: les ayudo a encontrar capital privado porque no tienen ninguna subvención. Lo que me impresionó fue presenciar el sufrimiento que acompaña al mono (síndrome de abstinencia de los heroinómanos).

--¿Conoció a alguna mujer que estuviera encarcelada en los años 80?

--En ella se inspira Isa, mi personaje. De ahí surge su fuerza, su carisma y su valía. Ni ella ni Isa han tenido una base sólida. Sus circunstancias han sido muy complicadas, y se han sentido perdidas. Además, vi El pico , de Eloy de la Iglesia, y Pánico en Needle Park , de Jerry Schatzberg, y muchos reportajes sobre presos. Lo más difícil era contener, no romperme. Y eso, después, se me quedaba dentro. Era como un residuo, un estado anímico que me llevaba a unos bajones tremendos. Fue una entrega absoluta.

--En su papel de productor, ¿Almodóvar le dio consignas?

--Solo hablé con él en la fiesta de fin de rodaje. Me imagino que habrá tomado decisiones, pero ha dejado total libertad creativa a Belén Macías.

-- La casa de mi padre es una de las muchas películas sobre el terrorismo seleccionadas por el certamen.

--ETA es un tema recurrente porque afecta a nuestras vidas. Lo que me gustó del guión es que da la oportunidad de expresarse a los dos lados, a las dos maneras tan distintas de entender el problema vasco. Y en realidad es lo mismo, la gente sufre igual en un bando que en el otro. Hay que buscar el diálogo. Lo que temo es que igual no conviene que se solucione. Es una película valiente.

--¿Le aguarda Juani Hollywood?

--Primero tengo pendiente de estreno Bunny and the bull , una película que rodé este verano en Londres con Paul King. Todo el rodaje fue en inglés. En octubre me voy a Mali para filmar El otro viaje , la primera de Salvador Calvo, un realizador de Tele 5. Es un crack. La película está basada en una experiencia personal suya. El nuevo filme con Bigas Luna está previsto para el 2009. A él le debo mucho, porque es un padre para mí; él me ha enseñado lo que es el cine y lo que hay a su alrededor.

--¿Qué ha aprendido en estos dos años trabajando como actriz?

--Que lo prioritario es mi vida privada, que debo ser fuerte, que necesito salud física, mental y emocional. Hay muchas actrices con 500 películas que se sienten unas desgraciadas. No quiero perderme a mí misma.