He dibujado una pareja en el campo.

--Ah. Es una pareja lesbiana.

---No: es una pareja.

Ese diálogo lo tuvo, con su profesora de pintura, la hija de una amiga mía, nacida de un matrimonio heterosexual (bueno, adoptada, que es lo mismo. Y tampoco están casados, pero da igual). Ella tiene 14 años y le gustan los chicos. No está saliendo del armario, no está en proceso de aceptación. Solo milita.

Ojalá todos los niños españoles crecieran así.

Hace algo más de 20 años, cuando uno de mis amigos estaba inmerso en ese proceso doloroso (es doloroso) de no saber si me gustan los chicos o las chicas (saberlo es fácil, reconocerlo es lo difícil), otro de mis amigos me dijo: «Tiene que ver cine gay».

Qué importancia tendrá el cine, pensé yo.

La Fundación Triángulo lo descubrió antes. Que crecemos modelizándonos y que, durante mucho tiempo, los modelos que ha habido para los heterosexuales los identificaban... y los homosexuales tenían que verse reconocidos en una única persona (porque solo había una) que, generalmente, daba muchos chillos en televisión. Nosotros, por ejemplo, teníamos a Antonio Escohotado en los debates: siempre tan calmado, un señor que jamás interrumpía aunque le interrumpieran a él. Podríamos querer parecernos a Escohotado. Yo siempre he querido parecerme a Escohotado (y comprender alguno de sus libros, además). Uno crece haciendo eso: esto me gusta, esto no, esto es deseable para mí, a este le admiro. En ciertos ambientes o en ciertas épocas, lo que le llega es vicio, depravación, anormalidad. Como para identificarse con eso.

Si fueran buenas, esas películas, las pondrían en los cines, porque mira cómo pusieron la de los dos vaqueros.

Si fueran buenas las mujeres escribiendo, las publicarían más. Y a los negros en África. Lo que pasa es que son malos.

Porque, obviamente, todo lo que publica o rueda cualquier varón blanco, heterosexual es maravilloso: les va en los genes. No intentéis luchar contra la representatividad. Porque, si fuera bueno, estaríais.

Oh, pero gracias al Festival de Cine Gay y Lésbico de Extremadura yo descubrí a Xavier Dolan. A mi primera película me llevó el productor Tini Saquete. Fue en el López de Ayala hace muchos años. El FanCineGay ha ido creciendo y se ha transformado en un escaparate no solo de cine: también de libros y talleres infantiles, de exposiciones y de ilustración. Por ejemplo, viene Luisgé Martín para presentar El amor del revés: «En 1977, a los quince años de edad, cuando tuve la certeza definitiva de que era homosexual, me juré a mí mismo, aterrado, que nadie lo sabría nunca. Como la de Scarlett O’Hara en Lo que el viento se llevó, fue una promesa solemne. En 2006, sin embargo, me casé con un hombre en una ceremonia civil ante 150 invitados, entre los que estaban mis amigos de la infancia, mis compañeros de estudios, mis colegas de trabajo y toda mi familia. En esos veintinueve años que habían transcurrido entre una fecha y otra, yo había sufrido una metamorfosis inversa a la de Gregorio Samsa: había dejado de ser una cucaracha y me había ido convirtiendo poco a poco en un ser humano».

Es su autobiografía. Los de la generación de los 40 años y los 50 se sentirán identificados, sin duda. Como también con Nunca vas a estar solo, una película de Alex Anwandter que se basa en el caso real de Daniel Zamudio. A Daniel lo mataron a los 24 años: salía de una discoteca, lo cogieron, le torturaron, le apalizaron y lo dejaron allí, medio muerto. Y sí: estas cosas siguen pasando. Ahora más que hace unos años, porque... Yo qué sé por qué.

También en Chile le quitaron la custodia de su hija a una jueza por ser lesbiana. Lo cuentan en Rara. Hay más películas de las que me caben en esta página: en Zafra, en Navalmoral, con actores bien conocidos como Jorge Perugorría. Se habla de amor, de transexualidad, de sexo. El sexo está presente en Théo et Hugo. Los clubes de sexo son uno de los temas más controvertidos para los bienpensantes, que ignoran que los heterosexuales también los tienen, pero pagan por ello a mujeres sometidas por mafias. No tengo ninguna duda de a cuál de las dos cosas llamar vicio y depravación y amoralidad. La película Desde allá ganó el León de Oro en el Festival de Venecia y el de Mejor Ópera Prima en el de La Habana.

Oh. Pero si fueran buenas las pondrían en el cine.

‘Nunca vas a estar solo’. Domingo, 6 de noviembre. 18.00 horas, 20.15 horas y 22.30 horas. COC. / Martes, 8 de noviembre. Filmoteca. 20.30 horas. Cáceres.

‘Desde allá’. Lunes, 7 de noviembre. Cinesa El Foro, 20.00 horas y 22.00 horas. Mérida / Miércoles, 9 de noviembre. COC. 18.00 horas, 20.15 y 22.30 horas. Badajoz.

‘Théo et Hugo’. Lunes, 7 de noviembre. 20.15 horas. Edificio Badajoz Siglo XXI (Badajoz) / Lunes, 7 de noviembre. Sala Clavellinas, 20.30 horas (Cáceres). Martes, 8 de noviembre. Centro Cultural Caja Badajoz. 20.30 horas. Mérida.

‘Rara’. Domingo, 6 de noviembre. 20.30 horas. Sala Clavellinas (Cáceres). Miércoles, 9 de noviembre. 20.30 horas. Centro Cultural de Caja Badajoz (Mérida)

Encuentro con Luisgé Martín. Miércoles, 9 de noviembre, 20.30, en la Psicopompo (Cáceres).