Bruce Willis, Helen Mirren, Morgan Freeman y John Malkovich ya no están para muchos trotes, aunque el primero se empeñe, de vez en cuando, en seguir siendo el héroe de La jungla de cristal . En el género de acción, a los cuatro les toca cierta autoparodia, saber estar en el sitio en el que no deben estar. De eso va en cierta forma Red , una película en la que interpretan a cuatro agentes secretos jubilados que en tiempos pasados fueron absolutamente letales.

La experienca es un grado, y en eso nadie va más sobrado que los cuatro protagonistas de Red, filme inspirado en un cómic escrito por Warren Ellis, más virulento y crítico que la película resultante.

Willis, que actúa en una comedia como si estuviera en una película de acción, es un agente de operaciones encubiertas de la CIA retirado que sufre un inesperado atentado.

Para esclarecer los hechos no duda en llamar a sus tres antiguos compinches, dándose la casualidad de que uno de ellos, el que interpreta Helen Mirren (La reina ), que está bien en una comedia, en una tragedia o en un filme de espías, también ha sido amenazada a causa de una antigua operación llevada a cabo en Guatemala.

El asunto se vuelve rocambolesco, tanto como los utensilios armamentísticos de los protagonistas --esa pistola taladro que luce Malkovich--, y los cuatro exespías se topan de bruces con una conspiración de alcance internacional, pero por el camino de la adaptación del cómic a la pantalla se pierden las posibilidades de haber realizado una película de espías más seca y crepuscular, más reflexiva sin dejar de lado los aspectos más lúdicos que la propia condición y edad de los personajes comporta.