Zac Efron cumplió ayer a raja tabla las condiciones que toda estrella adolescente que se precie debe reunir. Primera: negar que sea un símbolo sexual. Segunda: demostrar adoración por sus (pesadas) fans. Tercera: asegurar que la vida profesional está muy bien, pero donde esté la personal --incluida la amorosa-- que se quite lo demás.

El rey de High School Musical visitó Madrid para promocionar su nueva película, 17 otra vez, que se estrena mañana en España tras arrasar en la taquilla de EEUU.

Las incondicionales admiradoras de sus ojos azules y su abundante flequillo no pudieron esperar al preestreno de la noche, y se acercaron al lujoso hotel Villa Magna donde el actor, de 22 años, ofreció una conferencia de prensa. El actor demostró que su vida personal está por encima de la profesional. A cuento del argumento de 17 otra vez --donde un hombre con un matrimonio roto y unos hijos con los que no se habla vuelve a tener 17 años-- aseguró que el corazón domina su vida. "Creo que sería capaz de dejar mi carrera como actor por amor".