Si en el año 92 todos los ojos se giraron hacia Barcelona, en 1993 las miradas volvieron hacia el frente, y a pensar en cómo afrontar la nueva e ilusionante etapa que la huella del mayor evento nunca celebrado en nuestro país dejaba en una esfera, la del deporte, que hasta entonces sólo había mostrado destellos en Extremadura y que vivía en aquellos años los mejores de su historia.

De esta forma, en el año que nos ocupa, teníamos ya dos equipos en la categoría de plata del fútbol nacional, y disfrutamos de los primeros derbis entre el debutante CD Badajoz y el Mérida CP, siendo el equipo ‘pecholata’ noticia además por su eliminatoria de Copa del Rey ante el, por aquel entonces de moda, ‘Súper Depor’ (Deportivo de la Coruña).

Antes del verano, el Cáceres CB conseguía mantener la categoría ‘in extremis’ en el play-off de descenso de la ACB ante el Llíria, dando en el ‘impasse’ veraniego las riendas del equipo al también extremeño Manolo Flores, que comenzaría en septiembre del año 93 la que sería una temporada histórica para el conjunto verdinegro… de la que ya habrá tiempo de hablar cuando nos ocupemos de 1994.

Otro conjunto que fue noticia fue el Licenciados Reunidos de voleibol, que terminaba en séptima posición en su paso por la Primero División Nacional, máxima categoría de su deporte, en la que también militaba, en este caso en tenis de mesa, El Obrero Extremeño de Almendralejo, que consolidaba en esta temporada su permanencia en la élite, con jugadores históricos como Vova Marinkievic, Mateo Cibantos y Juan Bautista Pérez.

Pérez, medallista paralímpico en Río de Janeiro en 2016, recuerda esa etapa del club almendralejense y cómo le llamaron «para formar parte de un equipo y un deporte muy diferente al que se vive hoy en día, disfrutando de una experiencia nueva y descubriendo Extremadura, en teoría para un año, aunque ya llevo aquí casi tres décadas ininterrumpidas».

El jugador leonés se considera ya extremeño de adopción, destacando que El Obrero Extremeño «llegó a ser uno de los equipos más seguidos a nivel nacional en su modalidad y a nivel regional dentro de todos los deportes. Fuimos subcampeones de Copa y llegamos a acabar terceros de la máxima categoría española. Era un club muy apoyado económicamente también por las instituciones, por lo que teníamos bastantes facilidades y material, pero nada comparado con los servicios específicos al deportista que existen hoy en día». Recuerda además que Cibantos, Marinkievic y él formaron «un gran grupo. Seguimos en contacto y nos encanta recordar anécdotas de aquellos años».

Nuevas promesas / Pero no todo fueron protagonistas colectivos. También fue el año del afianzamiento e irrupción de promesas como el histórico Juancho Pérez en balonmano, que fichaba por el Ademar León, el atleta Miguel Donoso, que revalidaba su título de Campeón del Mundo Militar Absoluto de 100 kilómetros., o el de la campeona de España sub23 de Campo a Través en 1993, la montijana Rocío Martínez Gragera, que recibió además ese año una de las primeras Medallas de Extremadura para deportistas en nuestra región.

Rocío, que posteriormente completaría un palmarés extraordinario a nivel nacional e internacional, y que actualmente reside en Estados Unidos, valora la concesión de la Medalla en aquel momento como «una de las grandes sorpresas de su vida, muy agradecida y desde luego una de las mayores satisfacciones personales que he tenido, el que te reconozcan así en tu tierra».

La deportista montijana era en el año 93 una de las promesas del atletismo patrio, y mantiene entre sus recuerdos cómo el deporte de Extremadura comenzaba su consolidación, en atletismo y otras modalidades, siendo el año que nos ocupa, «uno de los más importantes en su trayectoria deportiva».

A Juancho, Miguel o Rocío se unían nombres como los del ajedrecista Miguel Llanes, futuro primer Gran Maestro Internacional extremeño y campeón de España en 2007, que en 1993 participaba en Linares (Jaén) en sus primeras olimpiadas infantiles de ajedrez, o los de piragüistas como Noemí Gallego, Fátima de la Osa, Juan Antonio Valle o Fausto Moreno, que comenzaban a dar sus primeras paladas de gran nivel.

Un año, el 93, que alumbraba a futuros campeones y futuras campeonas como los atletas Houssame Benabbou e Iván Pajuelo, la judoca Cristina Cabaña o el biker de BMX Alejandro Kim Peña, y que nos ponía en camino hacia un 1994 del que también merece la pena hacer retrospectiva… pero esa será otra historia que contar.