El año 1996 aparecía en el horizonte como el año de la confirmación olímpica del deporte español, que tras los Juegos de Barcelona 92 y el auge que supusieron, tuvo esa continuidad y apoyo en el tiempo que se venía reclamando y por la que tanto se trabajó durante los cuatro años que separaron la cita barcelonesa de la de Atlanta 96.

Extremadura no fue ajena a esa ilusión y a ese crecimiento paulatino experimentado en el ciclo olímpico y paralímpico que tocaba a su fin con la gran cita en tierras americanas, como hemos visto con los éxitos de esos años, pero nada como las medallas para refrendar el buen trabajo realizado y volver a cargar de optimismo y energía a un sector que comenzaba también a demostrar su importancia en el crecimiento social y económico a todos los niveles.

Y decimos medallas, varias, porque en los Juegos Olímpicos de Atlanta, Extremadura y sus deportistas fueron protagonistas en modalidades como la Gimnasia Rítmica, en la que la pacense Nuria Cabanillas lograba el oro por equipos como parte del combinado nacional, siendo la primera extremeña en lograrlo y la única hasta la fecha. La propia Nuria ha recordado en multitud de ocasiones cómo «el equipo era una gran familia, éramos como hermanas y esa compenetración se veía en la competición. Vivimos muy intensamente las olimpiadas, pese a que nuestro deporte no se disputaba en la ciudad de Atlanta y no estuvimos mucho en la Villa Olímpica».

Sin duda, el de la por aquel entonces jovencísima gimnasta, fue uno de los hitos de nuestro deporte, que en sus palabras supuso para ella «algo inimaginable. Era una mezcla entre ansiedad, alegría y disfrute. Contábamos también con un equipo de psicólogos que nos ayudo a mantener la concentración y gestionar todas esas emociones, en un equipo con el que ya habíamos sido Campeonas del Mundo en conjuntos por segundo año consecutivo».

Los Juegos de Atlanta nos dejaron igualmente el bronce que Juan de Dios Román como entrenador y Juancho Pérez como jugador lograron con el equipo de balonmano, además de la participación de deportistas como Juan Carlos Holgado en tiro con arco, los atletas Marisa Martínez y Manuel Borrega o el futbolista Fernando Morientes, los dos últimos extremeños de nacimiento pero criados deportivamente fuera de nuestra región.

Pero si exitoso fue el paso de nuestro deporte por los Juegos Olímpicos, los Juegos Paralímpicos de Atlanta supusieron igualmente un momento inigualable en nuestra historia, ya que pudimos celebrar las tres medallas del nadador Enrique Tornero, una de oro y dos de bronce, y la medalla de Manuel Julián Rufo tras acabar en la 3ª posición en la modalidad de Fútbol 7 con el combinado nacional, además de otro bronce, el logrado por la atleta con parálisis cerebral Alicia Martínez, en la prueba 200 metros.

La montijana, hermana gemela de la también atleta Rocío Martínez, no olvida cómo en su familia «se respiraba atletismo por los cuatro costados. Fueron unos Juegos muy emocionantes. Yo venía de pensar que ni siquiera podía correr y había llegado a unos Juegos Paralímpicos en los que además conseguí una medalla. Fue increíble…sobre todo después de lo mal que lo hice en los 100 metros y la bronca que me llevé del seleccionador», recuerda sonriendo.

Alicia se convirtió de esta forma en una de las deportistas de nuestra región que forman parte del medallero histórico en Juegos Paralímpicos, haciendo hincapié en cómo te cambian estas experiencias, afirmando que «el contexto de las Paralimpiadas es en el que me he sentido más realizada como persona, ya que modifica tu visión de ti misma y tu autoestima, al ver al resto de deportistas con diversidad funcional y la autonomía que tienen, la increíble lección de superación que te dan cada una y cada uno de ellas y ellos».

MEDALLAS DE EXTREMADURA / Todas y todos, medallistas olímpicos y paralímpicos, fueron reconocidos igualmente con otra medalla, la de Extremadura, con la que las instituciones regionales ponían de nuevo en valor el importante papel que el deporte comenzaba a desempeñar a nivel social, siendo los celebrados en tierras estadounidenses los Juegos que más alegrías nos habían dado. En Atlanta también estuvieron nombres como los de José Luis Gaspar, José Antonio Rivero, Francisco Gordillo, María Soledad Moreno, María de la O Pérez o Fernando Pérez, actores y actrices principales en el desarrollo del deporte adaptado en nuestra Comunidad Autónoma, tal como lo fue el C.P. Mideba de baloncesto en silla de ruedas, que en el 96 debutaba en la máxima categoría nacional, la División de Honor, tras un celebrado ascenso.

Siguiendo con los ascensos, al Mérida CP lo sucedía en Primera División de fútbol el Extremadura CF, que daba continuidad a la presencia regional en la élite futbolística al poner a una ciudad pequeña, como Almendralejo, en el mapa de la constelación de estrellas que por aquellos años era La Liga. Nombres como Pedro José, Tirado, Manuel, Duré, Navarro Montoya, Ito, Glusevic, etcétera, serían y son los héroes de la localidad de Tierra de Barros.

Fueron entonces actualidad igualmente deportistas como el ajedrecista Manuel Pérez Candelario, los atletas Remedios Márquez y Pablo Villalobos, el ciclista Ernesto Manchón, el judoca Erasmo Remigio Correa, los nadadores Francisco José Barrena y María Dolores Martínez o la arquera Fátima Agudo, en una anualidad en la que vinieron al mundo mujeres que son hoy protagonistas como las piragüistas Elena Ayuso y Estefanía Fernández, o la jugadora de pádel Paula Josemaría.

Un año, el 96, en el que los Premios Extremeños del Deporte recayeron, merced a sus méritos de la temporada anterior, en la olímpica Marisa Martínez y el tirador Alfonso Carlos Ávalos como Mejores Deportistas en categoría absoluta, mientras en Promesas los galardonados fueron Miriam Solana Mena y Juan Manuel Moreno. La Federación Extremeña de Deportes para Paralíticos Cerebrales recibió el premio como Mejor Entidad Deportiva, mientras que el Colegio Público Los Conquistadores y el Ayuntamiento de Villanueva de la Serena estrenaban el palmarés en cuanto a Mejor Centro Educativo y Mejor Entidad Local, respectivamente.

1996 es también el año de eventos como la I Gimnastrada de Cáceres (actualmente ‘de Extremadura’), que en cada edición involucra a cientos de personas y deportistas en la difusión de los valores del deporte, o el recordado All-Star de la ACB que se celebró en la ciudad cacereña, que vibró con la presencia de los mejores jugadores del baloncesto nacional y con la victoria de Stanley Jackson, jugador del Cáceres CB, en el concurso de mates. En definitiva, un año escrito con letras de oro.