CACERES: Pedro Robles (3), Roberto Morentín (10), Richard Nguema (9), Miguel Lorenzo (3), Braydon Hobbs (6) --cinco inicial--, Olu Ashaolu (7), Van Oostrum (6), Antonio Peña (14), Josh Duinker (6), Alex López (1).

LUCENTUM ALICANTE: Roma Bas (12), Shaun Green (3), Darryl Middleton (2), Pedro Rivero (11), Guillermo Rejón (7) --cinco inicial--, Rafa Huertas (6), Albert Sabat (5), Jesús Fernández (3), Llorca (7), Taylor Copperanth (8).

MARCADOR POR CUARTOS: 23-17, 30-30 --descanso--, 48-45 y 65-64.

ARBITROS: Caballero Madrid y Díaz Hernández. Sin eliminados.

Trabajada victoria del Cáceres ante el Lucentum Alicante (65-64). Luchó y luchó ante un rival con galones en esta LEB Oro para jugárselo todo en el último minuto, al que se llegó con total igualdad. Aunque esta vez lanzó la moneda y le salió cara. Fue el dominador en el marcador durante casi todo el partido y solo su falta de acierto le impidió disfrutar de más ventaja. La suerte, y los errores del rival, mal en la selección de tiro al final, estuvieron de su lado para conseguir la primera victoria del año 2013.

Fue un partido con un par de escenas inéditas alrededor del banquillo: el técnico local, Carlos Frade, lució unos guantes negros, quizás para quejarse del frío del pabellón. Y tuvo a su lado a un nuevo ayudante, Roberto Blanco, coordinador de la cantera y entrenador del filial.

Empezó la noche como le gusta al Cáceres. Con velocidad. Y así es más fácil que le salgan las cosas, como tres triples seguidos que hacían presagiar lo mejor para el escaso público que ayer acudió al Multiusos. Hobbs, Robles y Nguema ponían el marcador con un 11-2 a favor de los locales, la máxima ventaja. Y Miguel Lorenzo y Roberto Morentín intimidaban bajo aros.

MAXIMA INTENSIDAD La intensidad la ponía el equipo de Frade ante un Lucentum que parecía jugar al tran-tran que marcaba un veterano pero aún muy intimidador Darryl Middleton. Pero a pesar de su falta de ritmo el conjunto alicantino no dejaba que el Cáceres se escapara. Dos triples seguidos de Pedro Rivero mantenían la distancia en en mínimos, aunque no impedían que el electrónico marcara un 23-17 a favor de los de casa al final del primer parcial.

Pero como si Jekyll se hubiera transformado en Mister Hyde, el Cáceres cambió en el segundo cuarto. El acierto del que disfrutó durante los diez primeros minutos desapareció y empezó a jugarse al ritmo que marcaba el Lucentum, aunque los alicantinos parecían contagiados por la falta de acierto de los de casa. Los tres triples del principio eran ya un espejismo y aunque lo siguió intentando el aro parecía más y más pequeño. Hasta seis falló en el segundo acto para dejar su porcentaje de acierto en un pírrico 27%.

RENTAS MINIMAS El Lucentum, sin grandes aspavientos (como los de Ashaolu, empeñado en animar el partido con dos espectaculares mates) se fue acercando en el marcador y tras dejar al Cáceres sin marcar durante más de cuatro minutos fue capaz de poner las tablas en el marcador para enfilar a vestuarios (30-30).

Como el Guadiana, que aparece y desaparece, la intensidad del Cáceres volvió a aparecer en el tercer cuarto, aunque el Lucentum ya estaba más metido y no se dejaba sorprender tanto como al inicio del duelo. El protagonismo en los locales, como siempre, estaba muy repartido, aunque jugadores como Devon Van Oostrum o Josh Duinker (que después se enmendó) desentonaban algo con respecto al resto de sus compañeros y Hobbs parecía que lo había dado todo en el primer parcial y ya no tenía más que ofrecer.

La renta para el Cáceres se mantenía en mínimos, aunque siempre fue por delante, aunque el Lucentum logró reducirla casi a la mínima en un loco último minuto y medio. Empezó con una dudosa canasta de los alicantinos sobre la bocina que protestó el banquillo. Técnica para Carlos Frade. El partido se había calentado y entraría en la recta final con toda la intensidad y el calor que la grada, dormida hasta ese momento (antes se escuchaba más a los cinco hinchas del Alicante), empezaba a ponerle (48-45).

Todo se iba a decidir en el último cuarto. El que menos fallara sumaría la primera victoria del 2013. El Lucentum se dejó de tonterías, se puso el mono de trabajo y con un triple de Albert Sabat se ponía por primera vez por delante (50-52) a falta de 7.46 para el final. El Cáceres se desestabilizó (52-56) y Frade trató de cortarlo pidiendo tiempo muerto y lo logró. Hobb volvió con un triple (57-58) que hacía presagiar un final muy ajustado. Y así fue. A falta de un minuto el electrónico reflejaba 61-61. Posesión para el Alicante, que no estuvo acertado en la selección del tiro, lo que permitió al Cáceres llevarse el triunfo (65-64) y esperar al Melilla, próximo rival, con la moral por las nubes.