Entre cursos de guitarra por YouTube, columna para El Periódico Extremadura, yoga, entrenamiento e intentar ser el mejor padre que Celia pueda tener (porque el mejor marido creo que ya lo he conseguido, aunque lo difícil no es llegar, sino mantenerse), no me queda mucho más tiempo. Es por lo que de momento tengo el tema de las entrevistas en Instagram un poco apartadas.

El que me conoce sabe que no me gusta hacer las cosas a la ligera y para hacerlo mal o regular, no lo hago. Me gusta ir preparado y por lo menos hacerlo con la confianza pensando en que lo puedo desarrollar bien. No os preocupéis que en cuanto me decida seréis los primeros en saber fecha y hora de cada entrevista.

En este confinamiento una de las cosas que más estoy disfrutando es el pasar tanto tiempo con mi mujer y mi hija. Bueno, con Cristina menos, que debe ser de las pocas trabajadoras en España que sigue con su ritmo frenético de trabajo (por supuesto obviando a nuestros sanitarios). De lunes a viernes los momentos con ella se han reducido a media horilla para comer (casi no da tiempo ni al café) y luego ya directamente la cena. Pensándolo bien, aún estando yo las 24 horas del día en casa, quizás la vea solo un poco menos que antes.

Os contaré algo muy personal. Los jugadores de vez en cuando también nos damos una vuelta y en octubre de 2013, una de las primeras veces que salí aquí en Cáceres fui con José Marco y Emilio, nuestro delegado en aquella época, al extinto Bahía (ahora ZRRCUS).

Cuando ya nos íbamos, me llamó muchísimo la atención una morenaza preciosa con una sonrisa de oreja a oreja que estaba con una amiga de José. No podía dejar escapar la ocasión de decirle algo antes de irnos y gracias a la inestimable ayuda de nuestro celestino Emilio pudimos seguir en contacto Cristina y yo.

Poco a poco iba viniendo a ver nuestros partidos con más asiduidad, al igual que yo cada vez iba dejando más ropa en su piso. Empezaba poco a poco con una equipación de entreno (para por si acaso), unas zapatillas (por si damos un paseo)… hasta que dejé el cepillo de dientes.

Ese fue un gran punto de inflexión. Envidé diez a grande, con dos reyes-sota y Cristina lo vio con dos reyes-caballo.

Fuimos poco a poco forjando nuestra relación hasta que en la temporada 2017-2018 no se me ocurrió otra cosa que pedirle la mano. Llevaba mucho tiempo dándole vueltas a cómo hacerlo, hasta que tuve la idea de que fuera el día de la cantera en casa contra Azpeitia el 23 de febrero. En principio pintaba muy bien la idea, jugábamos contra un equipo que estaba abajo, ante nuestra gente y encima los chicos de la cantera me podían ayudar a montar algo chulo… Pues perdimos y para colmo se lesionó Dani Martínez en la segunda parte.

Durante esa temporada Cristina trabajaba fuera, así que tenía más tiempo para buscar el anillo y la manera de hacerlo. Irene, nuestra jefa de prensa, me echó una mano en todo lo que pudo y más, ella ya está acostumbrada a organizar todo tipo de eventos porque también trabaja en Casa Claudio como ‘wedding planner’. Y anda que no lo noté, me sirvió de grandísima ayuda.

Acaba el partido, perdemos y ninguno de mis compañeros, excepto Sergio, tenía ni idea de nada. Nos reunimos en el mítico corrillo pero esta vez en el banquillo, donde se encontraba Dani dolorido. Les conté que había planeado pedirle la mano a Cristina con todos ellos, en un día como hoy… y les pregunto que «¿qué hago?» Todos me dijeron que si estaba loco, que eso es algo súper bonito y que está por encima del resultado del partido… así que con el ‘ok’ del equipo, en especial de Dani que el pobre se había lesionado esa noche, me dispuse a buscar a Cristina en la grada.

Para este partido había conseguido que coincidieran en la grada mis padres, mi hermano, mi suegra, mis cuñados, mi sobrino y Celia y Jara, unas amigas que son parte de nuestra familia. Recuerdo perfectamente que durante el partido estaba súper tranquilo sin pensar en nada más, pero cuando acabó si empecé a ponerme un poco nervioso. La sensación que tenía cuando me acerqué a la grada a por Cristina es indescriptible.

Por supuesto que durante la preparación en los días previos te entran dudas de si saldrá todo bien, espero que no se entere de nada… e incluso de si accederá a bajar a la pista o se irá corriendo escaleras arriba cual Julia Roberts en ‘Novia a la fuga’. (En posteriores declaraciones Cristina me confesó que había mirado el túnel para escapar, pero que al haber tanta gente no podría salir).

Lo demás ya lo habéis visto… pasillito hasta el medio del campo con los niños y niñas de la cantera, hincar la rodilla, poner el anillo y ramo de flores. Este sí que ha sido un golpe de Estado y no el de Tejero.

#YoMeQuedoEnCasa con Cris recordando y riéndonos con cada momento de la pedida