Clavadito a su amigo, colega, maestro, inspirador, Valentino Rossi, el italiano Marco Simoncelli es, fijo, el hombre más perseguido, no diría odiado, de la parrilla de 250cc. Ha chocado casi con todos los favoritos, ha peleado, rodilla contra rodilla, carenado contra carenado, curva a curva, con los mejores, con sus principales adversarios en la lucha por el título. Y esos son, curiosamente, tres españoles hambrientos, veloces, fogosos: Alvaro Bautista, Héctor Barberá y Alex Debón. Y a ellos volverá a enfrentarse este año. Y con ellos volverá a chocar. Fijo. Así es Simoncelli, el muchachote, todo sonrisa, todo imagen, con pelo a lo Jimmy Hendrix, veloz como el rayo, sagaz como el correcaminos, vencedor como su amigote de fiestas y citas.

EN TRANSFORMACION Es esta, la de dos y medio, una categoría en transformación, aunque nadie sabe en qué dirección. Dorna, los fabricantes, los equipos, los preparadores han decidido que una moto de carreras para el cuarto de litro no pueden costar 1,2 millones de euros para, como recuerda Carmelo Ezpeleta, CEO de Dorna Sports, organizadora del campeonato, "tenerlas solo en alquiler, devolverlas a final de temporada para que la fábrica las guarde en su museo o las destruya".

Ahora pretenden construir una nueva categoría, llamada Moto2, un proyecto que no superará los 250.000 euros por equipo. El último rumor existente en el paddock es que serán motos mezcla de un chasis prototipo, es decir, creado por los equipos, por sabios, por virgueros, y un motor idéntico para todo el mundo. Así sí se puede conseguir una moto competitiva a un precio mucho más asequible.

Mientras, es Aprilia contra Aprilia. Desaparecida KTM, por eso, porque los austriacos creyeron haber sido engañados por los redactores del nuevo reglamento, minimizada la contribución a esta cilindrada de Honda, que sigue pensando e invirtiendo solo en la moto de GP de Dani Pedrosa, la parrilla se llenará de Aprilias, alguna disfrazada de Gilera, como la imperial moto de Simoncelli. "Es seguro que nos lo vamos a pasar tan bien este año como el año pasado", explicó el hippy Simoncelli en los IRTA de Jerez. "Cuando ganas un título con la rivalidad y pasión que gané yo el pasado año, o como ganó Vale el suyo, tienes la sensación de que el cetro vale mucho más, ¿a que sí?". A que sí, sí.

"La pretemporada, la puesta en marcha de las nuevas mecánicas, no muy diferentes a las del año pasado, a excepción de algunos detalles --comentó Bautista--, nos han permitido saber que o puntuamos en cada GP o no tendremos posibilidades de aspirar al título". "Salgo a por todas", dijo Barberá, recuperado de su grave caída de Motegi.