«Seguiré hasta que no pueda con las calzonas, jejeje». Quini Carrasco bromea con su edad y su trayectoria, pero también suma y sigue. A sus 52 años, el incombustible deportista cacereño se jacta durante estos días de establecer un nuevo registro: 30 años al más alto nivel en su particular pelea con una discapacidad que es muy capaz de superar en cada carrera. En cada braceo. En cada pedalada. En cada prueba. En cada reto que se plantea cada fin de semana en cualquier competición en cualquier lugar del mundo.

Carrasco suena al otro lado del teléfono como siempre: seguro de sí mismo. En las redes sociales siempre comparte una ilusión a prueba de bomba. «Termino mi 30ª temporada como deportista paralímpico y no puedo estar más que satisfecho por los resultados y la recompensa al trabajo diario, y mucho más pensando que con mis 52 años sigo en la élite del deporte paralímpico compitiendo con jóvenes promesas que vienen pisando muy fuerte», ha escrito en Facebook.

Ahí ha recopilado también los datos. Ayer tenía que recficar un dato concreto: no eran 31 medallas de oro, «sino 42», las que había acumulado en estos 30 años. Además, 27 preseas de plata y 12 de bronce; 4 diplomas olímpicos; 21 eventos internacionales; 15 campeonatos de Europa; 11 campeonatos del mundo y 3 paralimpiadas. Cifras al alcance de un Carrasco que perdió un brazo en la carrera de Cáceres a Malpartida cuando era prácticamente un adolescente. Desde entonces, ese proyecto de jugador de baloncesto se ha convertido en alguien multidisciplinar que en cada entrevista, cada vez que puede, alardea de que precisamente sin aquel accidente no hubiera encadenado una trayectoria deportiva como la suya.

«Quisiera agradecer a todos los que hacéis posible que yo pueda seguir disfrutando de lo que es mi sueño, porque sin vosotros no podría ser real», recalca un Carrasco que no se olvida de nadie, desde sus patrocinadores privados, hasta los públicos, pasando por su mujer, Concha Rodríguez. Su entrenador es otro triatleta de éxito en la región: el cauriense Diego Paredes.

Aún tiene el compromiso --y la devoción-- de alguna carrera benéfica, entre ellas la que lleva su nombre el día 15 de octubre, con participación y protagonismo del paratriatleta cacereño, pero ya resta poco para la finalización de la temporada. Lo que sigue siendo imprevisible es hasta cuándo se alargará la carrera de Carrasco. Puede que ni él mismo lo sepa. «Por lo hecho este año, ya tengo plaza segura para el Europeo y el Mundial», recuerda. Y allí, es evidente, estará él.