Al filo de las 5.30 de la madrugada del viernes al sábado partía de Puebla de la Calzada un autobús cargado de ilusiones. En él, un grupo de guerreras , las jugadoras del hasta entonces intratable CFF Puebla, y los directivos de la entidad. Por delante, centenares de kilómetros y 12 horas de viaje antes de buscar refugio en el hotel de concentración y un partido, ante el Athletic de Bilbao, que podía suponer un golpe de mano en el ático de la tabla de la Superliga Femenina.

Al final fue peor el viaje de vuelta, otras 12 horas y pico de trayecto, con el amargo sabor de la derrota (4-1) todavía en el paladar. Así es, más o menos, un intenso fin de semana para el único equipo extremeño en la élite futbolística nacional.

MAS MADRUGADA

Pero cuando las integrantes de la plantilla suben al autobús, ya llevan horas levantadas y viajando. Han de llegar a Puebla desde Villafranca y Almendralejo, desde Olivenza y Badajoz... Hay parada en Mérida, para acercar trazados, y luego viaje hasta Pancorbo, las Puertas de Castilla en el límite entre Burgos y Vizcaya, donde tiene lugar el almuerzo tras la parada para desayunar en Cuatro Calzadas (Salamanca). Tiempo para descansar en el hotel y a cumplir con el protocolo.

El Athletic ha invitado a la expedición extremeña a presenciar el partido que enfrenta, en el mítico San Mamés, al conjunto bilbaíno que entrena el cacereño Ernesto Valverde y al Villarreal. Sólo faltó que el designado Carmona Méndez, árbitro pacense, dirigiese el cruce como estaba previsto. Pero lo hizo Puentes Leira al final. Hay apagones, golazos de Ismael Urzáiz y victoria local. Luego, de vuelta al hotel, la mente se va al futuro.

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