El entrenador local renunció a culpar a la mala suerte de lo que le sucede al Extremadura, "porque no es mi estilo", y prefirió hacer autocrítica señalándose como "el posible gafe". Argumentó que "no se puede hacer una lectura positiva de un partido que has perdido. Y más siendo un encuentro en el que yo tenía puestas todas las esperanzas porque podíamos sumar 4 o 6 puntos", en referencia a lo acontecido esta semana con los puntos que les restó la FIFA.