Justo ahora acabo de salir de la sesión de masaje. Como siempre son las manos de Vicente Iza las que me recuperan de un esfuerzo tan enorme, como nos ha supuesto esta primera etapa del Tour 2008. Iza es extraordinario y no tengo ninguna intención de cambiarlo por otro. Estamos felices, ¿cómo no íbamos a estarlo? Venimos aquí al Tour con la única idea de pensar en París, en la posición más alta del podio, y nos hemos encontrado con la extraordinaria recompensa del amarillo sobre las espaldas de Alejandro.

Os diré que todo ha comenzado en el autobús, mientras estábamos esperando el inicio de la etapa, y por lo tanto del Tour, en el aparcamiento de Brest. Allí ha sido cuando, entre todos, hemos lanzado la idea: ¿por qué no intentamos ganar la primera etapa y de paso vestirnos de amarillo? Para ello, está claro, solo teníamos un candidato. No podía ser otro que Alejandro. El no lo tenía muy claro, no quería tomar riesgos, de hecho no lo ha tenido claro hasta que faltaban tres kilómetros para la meta. Pero le hemos dicho: "¿a quién no le gusta ir de líder?".

Eusebio, nuestro director, enseguida nos ha comentado que no creía que el amarillo, si lo conseguíamos, nos diera una mayor presión y que sobre las espaldas de Valverde, si ganaba la etapa, nos dejaría un buen sabor de boca y comenzaríamos el Tour con buen pie.

Ya en la etapa se ha producido la escapada de turno que, poco a poco, adquiría minutos. Se ha llegado a hacer muy peligrosa por lo que los directores han hablado entre sí y han decidido, aquellos que tenían corredores con posibilidades de pelear por la victoria, colaborar entre ellos. De este modo se relevaban corredores del Liquigas, del Crédit Agricole, del Rabobank y nosotros mismos. El sacrificado ha sido mi compañero francés Nicolas Portal, a quien llamamos Nico en el equipo. El, de entre todos, ha sido el que se ha dado una paliza terrible.

Nico, Txente, con quien comparto habitación, Coyot e Iván Gutiérrez son los encargados de protegernos a Alejandro y a mí en estas etapas llanas. Ellos han sido también los que, de vez en cuando, le recordaban a Alejandro que era conveniente que estuviera delante, cada vez, sobre todo al principio, que se descolgaba hasta el fondo del pelotón.

La etapa se ha ofrecido íntegramente por televisión y hay muchos ojos pendientes, ojos que miran y tratan de no perderse detalle, por lo que era fácil que alguien se percatase de que Alejandro estaba en el fondo del pelotón para avisar al coche de algún director rival y aprovechar la circunstancia para lanzar un achuchón con la intención de cortar a Valverde.

A falta de tres kilómetros, Alejandro le ha comentado a Iván: "Oye, esto es muy peligroso. No sé qué pinto yo en esta llegada".Iván le dijo que lo que pintaba era un triunfo de etapa y que adelante. Ha sucedido justo cuando yo he enlazado con la cabeza del pelotón, tras haber estado rezagado. Por inercia he seguido a Alejandro y he cruzado la meta de la primera etapa en 10 posición, por detrás de Freire. Ahora, a disfrutar del jersey amarillo.