El fútbol español vivirá este fin se semana la quinta huelga de su historia. La reunión que mantuvieron ayer los representantes de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) y de la Liga Profesional (LFP) solo sirvió para confirmar lo que ambas partes ya habían anunciado, que no se ha dado ningún paso en pro del acercamiento. Volverán a reunirse mañana, pero ya sin tiempo para desconvocar el paro para la primera jornada en Primera y Segunda División. El plazo expira hoy a las 24.00 horas.

"Las posturas están más distanciadas si cabe", declaró tras el encuentro Luis Gil, gerente de la AFE, que encabezó la delegación del sindicato ante la ausencia del presidente, Luis Rubiales, que acaba de ser padre. Después de menos de dos horas de reunión en la sede de la Liga, Gil y José Luis Astiazarán, presidente de la LFP, comparecieron por separado para reafirmar que de momento no hay posibilidad de arreglo. La patronal, según el sindicato, se limitó a esgrimir una negativa tras otra a los intentos de reconducir la situación, especialmente en el tema del fondo de garantía concursal, principal reivindicación de la AFE.

N sólo no habrá partidos. El plante afecta también a los entrenamientos y a los amistosos. Lo aclaró el propio Gil por la tarde después de la emisión de un comunicado en el que la AFE resalta que la intransigencia es ahora mayor que antes por la parte de la Liga. Al margen de mostrarse abiertos a negociar un acuerdo que garantice la estabilidad de la competición, se mantiene en todos sus términos la convocatoria de huelga para los dos periodos comprendidos entre el viernes 19 y el lunes 22 de agosto y entre el viernes 26 y el 29 del mismo mes "consistente en el cese de la prestación de servicios, incluidos los partidos de Primera y Segunda".

DERECHOS Ese cese de prestación de servicios significa también que los jugadores que decidan hacer huelga no se entrenarán tampoco. "Ya hemos hablado con todas las plantillas para aclararles ese extremos", señaló el gerente del sindicato, que unas horas antes había insistido en que el mayor problema son las deudas sin garantizar de los jugadores. "Reclamamos los derechos y los contratos de los futbolistas. Aquí nadie pide más dinero. Por el uso de la Ley Concursal se están quedando sin cobrar más de 200 jugadores por cerca de unos 50 millones de euros. Queremos que se subsade esta situación tan crítica y que haya medidas correctoras para el futuro", afirmó Gil. Consideró, por otro lado, especialmente desfortunada la comparación que Astiazarán hizo de la situación del fútbol con el paro en España.

"Aunque no se sabe exactamente si son 200 o menos los futbolistas que hay con problemas, suponen, sobre 1.000, un 20% de los de Primera y Segunda División. Esto supone un 20% de futbolistas que tienen dificultades de cobro. Si lo comparamos con el 20% de paro que hay en España, estos futbolistas al menos tienen trabajo", había dicho el presidente del la LFP. La patronal calificó como "estéril" e "injustificada" la huelga convocada, "una postura extrema de la mayor dureza que tensa el proceso negociador y pone un plazo imposible de cumplir para firmar un convenio que se llevaba dos meses negociando y del que estaba pactado el 80%".