CACEREÑO: Félix Campo, Cerveró, Pelegrí (min. 75, Tariq), Cordón, Caballero, Jaime, Nico (min. 64, Bernal), Cobos (min. 76, Francis), Pedro García (min. 53, Rocha), Enrique y Vlademir.

REAL MADRID B: Pisón, Pedro López (min. 46, Antúnez), Rubén, Agustín (min. 46, Gómez), Pereira, Angelo, Jordi López, Borja Ferrer, Roberto (min. 46, Javi), Arroyo y Barral.

ARBITRO: Vaquero Agama (Extremeño). Discreto en un partido que no tuvo de deportivo lo que suele ser habitual en un partido amistoso. No mostró tarjetas y se le reclamaron dos penaltis en el área visitante, uno por derribo a Vlademir y otro sobre Enrique.

Cacereño y Real Madrid B aburrieron a la escasa concurrencia que ayer se dio cita en el Príncipe Felipe tras empatar sin goles en una nueva edición del trofeo de Ferias y Fiestas de San Fernando. Este torneo se desprestigia por sí mismo al jugarse en unas fechas totalmente inapropiadas. Baste el ejemplo de que en las dos ediciones anteriores se correspondió con el encuentro de liguilla de ascenso a Segunda B ante el Málaga B, pero las subvenciones municipales mandan y hay que cubrir el expediente.

Si en años anteriores no estaba bien planteado, al menos había emoción por el hecho de ser un partido de competición, pero el de ayer, de carácter amistoso, fue una pachanga impropia de dos equipos que tienen bastante más que enseñar que lo que mostraron en el cuidado escaparate del césped del estadio cacereño, pero es que Cacereño y Real Madrid B estaban plagados de suplentes. En algún caso estaría justificado que fuera así, pero en otros no se entiende que jugadores que han cuajado una buena temporada en el Cacereño ni siquiera hayan podido tener la oportunidad de despedirse de la que ha sido su afición durante unos meses, como Cantos, Nacho Garrido, Juanma Cruz o Jorge García. El meta Tobeña tampoco fue una excepción y no tuvo la opción de que lo conocieran bajo los palos los seguidores verdes antes de irse porque volvió a jugar incluso en un amistoso intranscendente la "piedra angular" del segundo proyecto de Ismael Díaz, Félix Campo.

SIN BRILLANTEZ

El partido sólo tuvo escasas aportaciones en las botas de los de siempre en el Cacereño, Cobos y Enrique, y en los jóvenes madridistas Agustín, Gómez o Barral. El resultado pudo haber sido otro si un par de remates de Enrique y uno de Cobos hubieran encontrado puerta o si el empalme del visitante Gómez no se hubiera estrellado en el palo.