La ACB levantará el telón de la temporada 2003-2004 el sábado envuelta en una curiosa coyuntura, impulsada por el éxito de las selecciones nacionales y el continuo crecimiento económico y deportivo de los clubes, pero sin un acuerdo de televisión que acerque la competición al público.

Eduardo Portela, presidente de la Asociación de Clubes de Baloncesto, presentó la nueva temporada ante la plana mayor de la canasta española en Madrid cargado de "ilusión", palabra elegida por el máximo responsable de la Liga para definir el estado de ánimo de un deporte que vive un momento dulce en sus clubes y los equipos nacionales y, sin embargo, optó por apelar a "la prudencia" para referirse al estado de las conversaciones con los operadores televisivos.

Siete partidos abren la campaña 2003-2004 el próximo sábado, algunos tan sugerentes como el Real Madrid-Joventut que estrena el curso en el Raimundo Saporta a las siete y media, sin que, en este momento, haya una sola transmisión confirmada ni por las cadenas autonómicas, ni en codificado, ni por TVE.

Esta es la situación en la que se encuentra una Liga llena de estrellas nacionales y extranjeras; una Liga que importa y exporta jugadores hacia y desde la NBA; una Liga que es objeto de deseo de los mejores jugadores; que pretende batir nuevamente sus récords de asistencia a los campos y que, por tercer año consecutivo, tiene más de cien millones de euros de presupuesto.