El primero puede que les suene. Y mucho. Fue Francisco --Paco para todo el mundo-- Godia. El fue el primer español que corrió un gran premio de F-1. Y lo hizo en 1951, en España, claro, poco después de que se pusiese en marcha el que acabaría convirtiéndose en uno de los mayores espectáculo del deporte mundial, el campeonato de monoplazas más veloces. Godia, que pilotó un Maserati 4CLT/48 de la Scuderia Milano, partió desde el puesto 17º de la parrilla y terminó décimo.

Godia fue, como muchos otros de los que le siguieron en esa aventura, toda una anécdota. Hasta que apareció ese portento llamado Fernando Alonso y con un coche inferior a los grandes, a los ricos, con un Renault portentoso, conquistó dos títulos consecutivos. El siguiente paso se producirá este año cuando, el próximo 12 de marzo, tres españoles, ¡tres!, tomen parte en los primeros entrenamientos oficiales del Mundial-2010, los ensayos del Gran Premio de Bahréin, que abrirán la temporada en el trazado de Sakhir. Lo nunca visto, España haciéndole la competencia a Alemania, Inglaterra, Brasil e Italia, los países más representativos de la F-1.

ESPERANDO A ALGUERSUARI Sauber anunció ayer que Pedro Martínez de la Rosa, que pronto cumplirá 39 años, pilotará para sus colores, en compañía del japonés Kamui Kobayashi. Esperemos que pronto, muy pronto, Toro Rosso, el segundo equipo del milmillonario austriaco Dietrick Mateschitz, dueño de Red Bull, comunique que Jaime Alguersuari, de solo 19 años, sigue en el equipo. Sabido es que el mejor, el bicampeón, Fernando Alonso, acaba de ser presentado, a lo grande, en blanco, como le gusta a él, como la baza ganadora de Ferrari, formando pareja con el brasileño Felipe Massa.

TRES PILOTOS, TRES ESTILOS Son tres estilos, tres pilotos, de características muy diversas. Cada uno de ellos se ha ganado su sitio en la parrilla de forma distinta. Es evidente que Alonso está ahí porque es el principal favorito al título. Le avalan sus dos títulos y sus 21 victorias en 139 grandes premios. "Mi principal patrocinador es mi experiencia", proclama con orgullo De la Rosa, que no lleva maletín alguno de dinero a Sauber, un equipo que le permitirá competir al más alto nivel. "Tuve otras ofertas, sí --reconoció ayer De la Rosa-- pero jamás las consideré. No pensaba moverme de McLaren, mi otra familia, un equipo que me lo ha enseñado todo, para meterme en una escudería y pilotar un coche que no permitiría demostrar mis capacidades". Y, cómo no, Alguersuari ha esgrimido su atrevida juventud para convertirse en uno de los valores del proyecto Red Bull, la compañía que mejor y más dinero invierte en la F-1, un campo en el que los éxitos han de estar precedidos de una buena estrategia.

Hay quien dice que el Mundial-2010 de F-1 se convertirá en una Copa de las Naciones. Esperemos que no choquen como en la clásica y bella competición del rugbi. Ahí estará la poderosa Alemania, con Mercedes al frente (reforzada con el fichaje de Michael Schumacher), y prestando sus motores a McLaren; e Inglaterra, cuna de la velocidad, con Hamilton y Button.

LA OPORTUNIDAD ESPERADA Pedro Martínez de la Rosa quería hacerle un regalo muy especial, mucho, a Georgina, su hija mayor, que mañana cumplirá siete años. "Me hacía mucha, muchísima ilusión que mis niñas me vieran correr en un circuito y este contrato me va a permitir enseñarles que, en efecto, su padre es piloto de F-1", señaló ayer con una amplia sonrisa en sus labios, el catalán, que lleva ya 10 años en el circo de la F-1.