Rodrigo Moreno será jugador del Atlético de Madrid esta próxima temporada. Los dos clubs han llegado a un acuerdo por el delantero hispanobrasileño por una cantidad cercana a los 60 millones de euros, la mitad de la cláusula estipulada en su contrato. El trato, cerrado ayer mismo, debería hacerse público en las próximas horas. Rodrigo también habría ultimado con el club rojiblanco la duración del contrato: cuatro temporadas. Como contrapartida, el Valencia se habría garantizado un 30% del futuro traspaso que hiciera el Atlético, según la cadena Ser.

El internacional español no participó ayer en la sesión de entrenamiento del equipo valenciano, aunque acudió a Paterna para despedirse de los empleados del club y de sus compañeros, antes de salir en coche alrededor del mediodía sin hacer declaraciones.

Según los medios valencianos, Rodrigo viajó hasta Madrid para pasar el reconocimiento médico antes de cerrar la firma. La discreción que rodea a la operación se debe, en parte, a la petición hecha por el Atlético de demorar unos días el anuncio para agilizar antes las salidas de Kalinic y de Correa.

El director general del Valencia, Mateu Alemany, negó ante los medios que esté en marcha el traspaso. «Nosotros no hemos hablado nunca de esa operación», apuntó. «Si hay algo que decir lo diremos cuando toque».

El Valencia no era partidario de vender a Rodrigo. Pero la deuda que arrastra, en torno a los 400 millones, es un lastre demasiado pesado que ha convencido a Peter Lim para dar el visto bueno a la operación, en contra de la opinión del director general del club, Mateu Alemany, y del técnico del equipo, Marcelino.

Esa discrepancia generó una crisis que estuvo a punto de costarle el cargo a Alemany, aunque finalmente Lim ha optado por mantenerlo en su puesto. El tema se zanjó el pasado 2 de agosto en una reunión entre ambos en la que Lim limitó el poder de Alemany. La primera consecuencia este acuerdo cerrado.