La magia del Circo y del Carnaval, este último en plena celebración, pusieron durante la Ceremonia de Clausura un brillante y colorido punto final a los Juegos Olímpicos de Invierno de Turín´06, que además pasó el testigo a la canadiense Vancouver, que organizará la cita en 2010.

La Ceremonia de Clausura, también en el estadio Olímpico turinés, resultó bella y alegre, pero como viene siendo habitual menos impactante y menos llena de sorpresas que la de Apertura.

Eso sí, se trató de que fuera una fiesta algo alocada, plena de música, típica de Carnaval. Y en la que, como tal, se jugase con lo real, con lo ambiguo, con lo grotesco, con la transgresión y el dejarse ir, pues, como bien marca la norma de esta fiesta, en Carnaval todo está permitido.

ANIMACION La fiesta, sobre un gigantesco escenario (110x70 metros, con 6.000 metros cuadrados) que pretendía ser el de una plaza típica italiana que acoge los carnavales, con grandes portales y cuatro torres, estuvo dividida en varias partes.

Se inició con el homenaje al Circo, con la entrada a caballo de un payaso, el sorprendente deslizamiento desde el techo del estadio de una cuarentena de "exploradores de la nieve", y, por fin, la aparición desde el fondo del mar de una sirena (la actriz Valeria Marini, objeto del deseo de los italianos y actriz en varias películas, entre ellas una del español Bigas Luna).

Quiso ser una especie de fábula para niños pero que cautivase a los mayores. Y estuvo acompañada por acróbatas y contó con un homenaje al fallecido maestro cinematográfico Federico Fellini, con la salida de seis payasos ataviados con los trajes originales de su película El Clown . También contó en su parte casi inicial con la presencia de 71 niñas vestidas de danza clásica. Tras ello, entró el Carnaval. Y ello contando con la presencia de la ciudad de Viareggio (Toscana), la que cada año da vida al carnaval más popular de Italia.

Luego volvió la confusión carnavalesca con la presencia de las "centellas humanas". Duró poco, pues llegó de nuevo la seriedad de la ceremonia, con la interpretación del himno italiano y el izado de la bandera nacional; pero se rompió de nuevo con los sonidos de un Carnaval, que dieron paso al desfile de los atletas.

Muchos de los deportistas se unieron al Carnaval luciendo "narices rojas luminosas", y siendo acompañados por los espectadores presentes en las gradas quienes se pusieron las máscaras que encontraron en sus asientos.

No podía faltar el motor, sector del que Italia se siente orgullosa, y del que Turín ha hecho parte de su pasado y presente. Entraron las tradicionales Vespas, los Fiat, las Ape y las Lambretta.

FIN MUSICAL Después, todo se tornó serio y tradicional, lo habitual en estas Ceremonías de Clausura; discursos de las autoridades --un espontáneo saltó y apenas pudo decir lo que quería--, y aparición de Vancouver, a la que Turín dio el testigo y la bandera olímpica, que recibió su alcalde, Sam Sullivan, tetrapléjico a causa de un accidente de esquí.

Mientras la cantante canadiense Avril Lavigne interpretaba uno de sus temas, unos improvisados deportistas fueron construyendo con unos bloques la mascota de los próximos juegos. Vancouver 2010 ya es presente y futuro, Turín 2006 ya es historia. La ceremonia se cerró con una fiesta musical a cargo del puertorriqueño Ricky Martin.